Capítulo 9: Seventh Year: High and Low

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El miércoles por la mañana, Harry estaba agotado. Había dormido excepcionalmente mal las últimas noches, preocupado por Snape, que había estado sin contacto desde su llamada nocturna por el floo.

Estaba nervioso y casi hechizó a Kreacher cuando el viejo elfo doméstico le trajo el desayuno. Apenas consiguió comer algo. Durante el almuerzo, Kreacher empezó a murmurar sobre "chicos desagradecidos" y Harry echó mucho de menos a Snape. Las horas siguientes se prolongaron lentamente, torturando cada nervio del cuerpo de Harry.

Estaba oscuro cuando, por fin, las llamas de la chimenea se volvieron verdes. Harry había estado sentado en la cocina desde el atardecer, echando miradas al fuego cada pocos minutos mientras intentaba leer sin éxito.

La familiar figura oscura salió de las llamas y Harry se levantó de golpe.

-¡Severus!-.

Se vio envuelto en un fuerte abrazo e inmediatamente se sintió por lo menos quince kilos más ligero, inhalando el distintivo olor de la túnica de Snape, no, de Severus.

-Estoy bien-, dijo la profunda voz cerca de su oído. Harry asintió porque no sabía qué más hacer.

Se aferró a Severus con fuerza hasta que el hombre dio un paso atrás y lo soltó.

-Ha sido una espera absolutamente agónica-. Harry respiró y Severus emitió un gruñido afirmativo. Harry aprovechó para mirarlo bien. Tenía los ojos cansados, con ojeras, y parecía tenso. Pero no había heridas visibles y, aparte de su aparente agotamiento, parecía estar bien. Harry se sintió aliviado y fue a poner la tetera.

-¿Qué ha pasado?-, preguntó, apoyándose en la encimera de la cocina.

Severus se quitó la túnica y se sentó en el banco.

-Todavía no hay nada. Pero ocurrirá pronto. El objetivo del Señor Tenebroso es apoderarse del ministerio-.

-¿Qué?- Harry graznó.

-También he sugerido que me envíe de vuelta a Hogwarts. Todavía no lo ha decidido, pero es probable que me quiera en el colegio para asegurarse de que no se forme resistencia-.

-Es una idea brillante-, dijo Harry y la tetera se puso en marcha. Levitó la bandeja del té hacia la biblioteca, haciendo un gesto a Severus para que lo siguiera.

Se hundieron en sus sillones designados junto a la ventana.

-Ha matado al profesor Burbage-. La voz de Severus era apenas audible.

Harry tragó saliva. Charity Burbage había sido su profesora de estudios muggles y, aunque Harry nunca había tomado su clase, la había visto durante todas las comidas de los últimos años.

-Debió de ser difícil para usted-, dijo en voz baja y, para su horror, Snape enterró la cara entre las manos.

-Me suplicó que la ayudara. Yo...- Severus vaciló. Harry se levantó del sillón y en su lugar se arrastró hasta el regazo del hombre, abrazándolo con fuerza. No sabía qué decir, pero si estar ahí para Severus, abrazándolo, hacía la más mínima diferencia en la carga del hombre, podía estar agradecido.

-Necesito dormir. Tres días completos de Oclumancia son demasiado...-

A Harry se le revolvió el estómago ante la idea. No podía soportar más de cinco minutos de la intensa concentración necesaria para realizar Oclumancia. Mantenerla durante tres días seguidos le parecía absolutamente imposible.

-Bien, entonces vamos a meterte en la cama-, susurró y levantó a Severus. Lentamente, subieron a la habitación de Harry, dejando las tazas de té humeantes.

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