Capítulo 2: Fifth Year: Nightly Expeditions

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Las vacaciones de verano de Harry fueron terribles. Lo acosaban constantes pesadillas y, más de una vez, el tío Vernon lo despertó de un brutal puñetazo. A su familia no le gustaba que lo despertaran con gritos en medio de la noche, y en ese momento, Harry habría dado un brazo y una pierna por una poción para dormir. Por otro lado, había algunos sueños que sí disfrutaba. Si no imaginaba el rostro sin vida de Cedric o la voz hueca de Voldemort, eran los ojos sin fondo de Snape los que lo seguían en sus sueños, el barítono rico y sensual de Snape zumbando en sus oídos. Harry prefería esos sueños, por muy retorcidos que fueran.

Era un poco humillante despertarse con dolor de un sueño sobre su profesor, pero aún así era mucho mejor que otra de esas horribles pesadillas. Harry pensó bastante en ello. No estaba enamorado de Snape ni nada parecido. Era muy diferente a los sentimientos que había tenido por Cho el curso pasado. Pero definitivamente tendría que idear una manera de lidiar con su extraña obsesión antes de volver a Hogwarts.

Pero antes de que Harry tuviera la oportunidad de hacerlo, él y Dudley fueron atacados por dementores en Little sodding Whinging, y la mierda se desató. Cuando la Orden vino a recogerlo, Harry tenía cosas más importantes en las que pensar. Después de todo, estaba a punto de ser expulsado. Sin embargo, cuando llegaron al número doce de Grimmauld Place y Sirius le dio un fuerte y sincero abrazo, Harry creyó, sólo por un minuto, que todo podría salir bien.

Se sorprendió al oír la voz de Snape durante la reunión de la Orden de ese día, pero cuando les permitieron volver a la cocina, el hombre ya se había ido. La decepción se apoderó de Harry y tuvo que forzar una sonrisa cuando la señora Weasley le puso un plato delante y le instó a comer una enorme porción de pastel de calabaza.

Los días siguientes transcurrieron en un torbellino entre su audiencia, el extraño comportamiento de Dumbledore y la presentación de Dolores Umbridge como su nueva profesora de DADA, pero al final Harry se encontró de nuevo en su habitual estado de angustia en el dormitorio de los chicos. Los demás seguían haciéndole pasar un mal rato, peor que nunca ahora que el Ministerio y el Diario el Profeta habían lanzado una campaña de desprestigio contra él y Dumbledore, y Harry ya casi no dormía en su cama, para preocupación de Ron.

No pasó mucho tiempo hasta que Snape lo encontró, de nuevo escondido en su alcoba, sollozando como un niño pequeño. Había comenzado a usar su Capa de Invisibilidad para sus pequeños llantos nocturnos, pero Snape ahora conocía su escondite y probablemente había venido a buscarlo. La idea hizo a Harry estúpidamente feliz.

-Potter, creo que todo el castillo puede oír tus mocos-, dijo la voz sedosa y Harry se asomó a la estatua. Snape era sólo una silueta contra la luz de la luna, pero Harry estaba seguro de que podía ver al hombre poner los ojos en blanco.

-Y aún así a nadie le importa-, escupió Harry, limpiándose la nariz con la manga.

-En nombre de Merlín, ¿qué te hace pensar eso, mocoso egoísta?- preguntó Snape, y aunque sus palabras eran duras, su tono no lo era tanto.

-¡Es la verdad! Ni siquiera Dumbledore me habla estos días. Todo lo que recibo es odio o lástima y no lo soporto!- Las lágrimas volvieron a arder en sus ojos.

-Aunque aplaudo tu sentido del melodrama, Potter, ten por seguro que es completamente innecesario. El tiempo y la edad harán que te des cuenta-. La profunda voz de Snape recorrió la piel de Harry, que se estremeció en respuesta.

-Sí, si es que vivo tanto tiempo-, replicó Harry. Snape resopló.

-Bien, es suficiente, imbécil. Ven-.

Con una sonrisa estúpida en la cara, Harry siguió al maestro de Pociones hasta sus aposentos. Una vez más, le pusieron un camisón en la cara.

-Hazte el favor de ponértela esta vez-, le ordenó Snape y Harry se quitó el jersey antes de meterse en la camisa blanca y crujiente. Por un segundo creyó ver que Snape lo miraba de forma peculiar, pero entonces la puerta del dormitorio se cerró con un golpe y Harry se encontró solo en el salón.

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