Capítulo 10: Seventh Year: Found and Caught

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Harry se sentó en su fiel sillón junto a la ventana de la biblioteca, haciendo girar el medallón entre sus dedos. De nuevo le pareció oír que le siseaba en silencio y el brillante metal parecía caliente y como si palpitara.

Harry había intentado abrirlo muchas veces, sin ningún éxito. Empezaba a frustrarse con aquella estupidez y, con un resoplido, se lo volvió a colocar en el cuello. Sólo lo llevaba por poco tiempo desde que se había dado cuenta de que lo ponía de mal humor e irritable. Severus no quería que lo llevara, pero estaba en Hogwarts y Harry estaba atrapado en Grimmauld Place, solo y terriblemente frustrado. Bien podía ir a por todas con su malhumor.

Un rato después, tras un sonido crepitante procedente de la cocina, Severus entró por la puerta, limpiándose el hollín de la túnica y deteniéndose a medio camino, enarcando una ceja.

-¿Cuántos te has tomado?-, preguntó, señalando con la cabeza el vaso de whisky de fuego que Harry tenía en la mano. Harry puso una cara de fastidio antes de murmurar -Tres. Creo-.

-Entonces ya es hora de que dejes de hacerlo-, replicó Severus con sequedad y Harry se burló de él. Fue recompensado con una mirada de advertencia.

-Otra rabieta, por lo que veo-, gruñó la profunda voz mientras su dueño se hundía en su silla.

-No soy un niño-, intentó decir Harry con una voz que no sonara petulante, pero no tuvo mucho éxito.

-¿Te importa decirme de dónde viene todo esto de repente?- inquirió Severus, pero Harry se dio cuenta de que se estaba enfadando y se sintió en cierto modo realizado al darse cuenta. No sabía por qué tenía tantas ganas de cabrear a Severus ahora mismo, pero algo en su pecho se sentía sombrío y desesperado y quería arremeter contra él.

-Así que tú puedes ser un cabrón malhumorado pero yo no, ¿eh?-, escupió, tragando con rabia más alcohol. Severus se levantó y se cernió sobre él en menos de un segundo.

-No me hables así-, siseó, con su aliento bailando sobre la cara de Harry mientras lo miraba fijamente, con los ojos encendidos. Algo en la cabeza de Harry se rompió con fuerza y soltó un fuerte -¡Vete a la mierda!-.

Inmediatamente, la mano de Severus estaba en su garganta, apretando. Sus ojos eran tan estrechos que no había nada más que negro detrás de ellos y su respiración llegaba en oleadas de ira.

-Tal vez prefiera hacerte entrar en razón-, dijo, y el sonido de su voz hirviente hizo que las entrañas de Harry se apretaran y se retorcieran y que la piel de su espalda se erizara. Resultó que era exactamente lo que quería. -Sí-, apenas consiguió jadear antes de que Severus lo besara brutalmente, rasgando su camisa con un solo movimiento de sus brazos. Harry gimió, con la cabeza dándole vueltas y vueltas cuando Severus lo levantó de un tirón.

Fue empujado contra una estantería de cara y no encontró las manos a tiempo para evitar que su nariz se estrellara con fuerza contra el lomo de un libro de tapa dura. Gimiendo de dolor, vio cómo Severus sacaba el lubricante del piso de arriba y se untaba la polla, que se había soltado rápidamente, antes de bajar los pantalones y los boxers de Harry con un fuerte tirón de la mano.

Harry luchó por respirar mientras una urgencia lo llenaba desde los dedos de los pies hasta la garganta y no pudo hacer otra cosa que ahogar un profundo gemido cuando Severus alineó su gruesa cabeza y, sin más aviso, empujó dentro de él.

-Está claro que he sido demasiado bueno contigo-, le gruñó Severus al oído, con una voz cargada de furia y excitación que hizo que el cerebro de Harry se congelara y explotara al mismo tiempo.

-Sí-, fue todo lo que Harry consiguió responder cuando Severus empezó a empujarle sin piedad, apoyándose con una mano en la estantería, y la otra arrastrándose alrededor del cuello de Harry, que apenas podía mantenerse en pie en ese momento. Bajó la mano para acariciar su erección que estaba dolorosamente dura.

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