Capítulo 14: Seventh Year: The Aftermath

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Cuando Harry se despertó, se encontró en su cama del número doce de Grimmauld Place, firmemente envuelto en capas de mantas. La habitación estaba oscura y silenciosa y tardó un rato en recordar lo que había pasado.

Saltó de la cama inmediatamente y corrió hacia la puerta, cuando ésta se abrió y Kreacher entró. Miró a Harry, tenía los ojos inyectados en sangre y agarró la mano de Harry con fuerza mientras emitía un sonido estrangulado.

-Kreacher está muy aliviado de que el amo esté bien-.

-Err, gracias, Kreacher. ¿Dónde está Severus?- Preguntó Harry, con un súbito pánico creciendo en su pecho.

-El amo Snape está en una llamada con el señor Shacklebolt- le informaron y Harry asintió hacia el elfo doméstico antes de bajar las escaleras y dirigirse a la cocina. Se detuvo en la puerta, apoyándose en el marco de lado, y miró la forma del hombre inclinado sobre el fuego.

Estaba vivo. Ambos estaban vivos. Y Voldemort estaba muerto. ¿Cómo era posible? ¿Qué demonios había pasado?.

No llegó muy lejos con sus cavilaciones, ya que Severus terminó la llamada de fuego bruscamente y se dio la vuelta, con la mandíbula floja y pálida.

-Harry-, roncó y nada retuvo a Harry en su lugar en la puerta. Con pocas y largas zancadas estaba de rodillas junto a Severus y lo atrajo en un fuerte abrazo.

Permanecieron así hasta que el cuerpo de Harry, todavía pesado y cansado, empezó a temblar y Severus lo soltó lentamente. Sus ojos se cruzaron y él pudo ver la pregunta tácita que había detrás de ellos.

-No sé qué ha pasado. Pero estoy bien-. susurró Harry. Parecía que Severus había agotado toda su compostura en la Mansión Riddle y era extraño verlo tan abierto y desprevenido, la confusión y el agotamiento aparentes en cada línea de su rostro.

-¿Has terminado con Kingsley?- Preguntó Harry y Severus le dedicó un débil asentimiento. -Bien, entonces definitivamente es hora de tomar un trago-. Levantó al hombre y lo condujo a la biblioteca, donde un Kreacher demasiado ansioso les sirvió inmediatamente dos vasos de Whiskey de Fuego.

Harry bebió un sorbo, deleitándose con la extraña y nostálgica sensación de estar sentado en su habitación favorita del Número Doce, junto a su persona favorita, como había hecho tantas veces antes. Y al parecer, estaba muy vivo y le esperaban muchos días más de tranquila felicidad. Harry no podía creerlo, y por un segundo reflexionó sobre si esto podría ser algún tipo de visión que su cerebro muerto había ideado, una forma de que su mente inventara alguna forma de vida después de la muerte para él.

Sin embargo, una mirada a Severus le hizo desterrar el pensamiento, ya que era imposible que su mente soñara una versión tan angustiada de su amante.

-Lo siento-, murmuró Harry, mirando a Severus con cautela.

Los ojos de Severus estaban apagados cuando finalmente habló.
-No es necesario-.

Harry tragó saliva. Severus no había dicho más de dos sílabas a la vez desde la mansión Riddle y, de repente, recordó lo primero que había escuchado cuando había recuperado la conciencia.

"Te amo", una y otra vez, acompañado de lágrimas que salían de aquellos ojos oscuros y doloridos. Harry nunca había visto llorar a Severus y tampoco le había dicho abiertamente que lo amaba. Evidentemente, Severus ya había entrado en las primeras etapas del duelo cuando Harry había regresado milagrosamente de entre los muertos. Harry sabía que probablemente tenía mucho que compensar.

Se levantó, colocó su vaso medio vacío sobre la mesa y se arrastró hasta el regazo de Severus, que lo dejó pasar sin ninguna señal de reconocimiento. Se acurrucó en la nuca de ese largo y pálido cuello y depositó un suave beso justo debajo de la oreja de Severus antes de susurrar.

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