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•|🧀|• Capítulo 9 •|🧀|•

Día 4:

Después de una noche tranquila en casa de Dazai y Chuuya, Akutagawa se disgustó profundamente cuando recordó que tenía clases por la mañana y que tenía que irse temprano. Chuuya intentó hacer revueltos de tofu para el desayuno, lo que resultó asqueroso, pero Akutagawa agradeció el esfuerzo.

Dazai, por otro lado, terminó usando un cupón que decía «Te amo, pero este plato es una mierda y realmente no quiero comerlo». Se preparó una taza de ramen y, aunque Chuuya lo fulminó con la mirada, no hizo ningún comentario al respecto ya que el cupón le prohibía juzgar cualquier plato que Dazai eligiera en lugar del tofu revuelto.

Por repugnante que fuera así, seguía siendo un desayuno bueno y nutritivo, por lo que Akutagawa no se quejó.

Justo antes de irse a clase, Dazai le dijo que sí le encontró un lugar para quedarse. Uno de sus amigos cercanos tenía un dormitorio libre y era una buena persona.

Akutagawa solo esperaba que no fuera Kunikida. Jodidamente odiaba a Kunikida. Ese hombre empacó cada artículo dos veces en bolsas de plástico en Little Ladybug. Pero, de nuevo, no sabía si la extraña relación entre Dazai y Kunikida podría haber sido llamada amistad, y mucho menos cercana.

Después de las conferencias, se suponía que se encontraría con el amigo cercano de Dazai junto a la entrada del campus.

Se sentó en el banco y le envió un mensaje de texto a Atsushi mientras esperaba. Aparentemente, Kandata estaba muy decepcionado de que se hubiera ido y amenazaba con lastimar los peluches de Atsushi si no regresaba. Afortunadamente, Atsushi tenía sus propias formas de proteger sus posesiones de los espeluznantes compañeros de cuarto. Por ejemplo, ya había movido todos los peluches a la habitación de Chuuya para que estuvieran a salvo.

Akutagawa se involucró tanto en el asunto que nunca notó que un hombre se le acercara.

—Hola, Akutagawa-kun —una voz alegre y cariñosa lo saludó.

Akutagawa levantó la vista de su teléfono. Frente a él estaba parado un hombre extraño que en realidad había visto antes. Era Odasaku. Uno de los compañeros de bebida de Dazai. Lo había visto muchas veces de pasada, especialmente con Dazai o durante fiestas. Parecía estar bien e incluso parecía extrañamente demasiado normal para ser amigo de Dazai. Lo que significaba que estaba escondiendo algo. O era una trampa. De cualquier manera, no se debe confiar en él, sin importar cuán amable pueda ser.

—Oda-san, hola. No creo que hayamos hablado nunca cuando estamos sobrios, ya que nos reunimos principalmente en fiestas.

—Bien. Todo eso es culpa de Dazai.

—Sin ninguna duda.

Akutagawa parpadeó. Eso fue tan jodidamente incómodo. Y ese hombre estaba sonriendo. Era una especie de agradable sonrisa de bienvenida. Hizo que Akutagawa quisiera huir ya que no estaba acostumbrado a sonrisas como esa.

Atsushi a veces sonreía así. Pero, de nuevo, Atsushi era especial, rara vez incomodaba a Akutagawa. Realmente no le importaba cuando Atsushi sonreía así.

—Entonces, Dazai me dijo que necesitas un lugar para pasar unos días. Tenemos una habitación de invitados, puedes usarla si quieres. —ofreció Odasaku.

Akutagawa contuvo la respiración. Trató de no ponerse nervioso o paranoico. Falló. Sabía que debería estar agradecido, pero su desconfianza era más fuerte que cualquier sentimiento positivo que pudiera tener.

—¿Nosotros? —él repitió.

—Mi esposo y yo. —explicó Odasaku.

Akutagawa trató desesperadamente de recordar algo sobre el novio o esposo de Odasaku. Lo único que le vino a la mente fue el horror de Chuuya cuando resultó que Oda y el misterioso «él» vendrían a beber con Dazai hace aproximadamente un mes.