Ayudando al protagonista masculino a recuperar a su esposa.

La mano plagada de desgracias de Shizun

Los largos dedos del maestro de la cumbre Qing Jing tarareaban en la roca fría. Estaba más irritable que nunca.

—Has estado haciendo esta estupidez por dos horas ¿No es suficiente? —preguntó a su hermano marcial.

Los talismanes tapaban todo su cuerpo, con suerte podían ver su cara.

—Shen-Shidi, no seas terco. Si vuelves a sufrir una desviación de Qi, no creo que el cuerpo de Shen-Shixiong lo soporte.

—¿Por qué la diferencia?

—Calculó que este Shen ha vivido mucho menos tiempo que el nuestro, así que lo considero menor. —respondió resueltamente Shang QingHua.

—No es necesario mantenerme atado. No soy como un jodido cadáver. —escupió Shen Jiu.

Luo BingHe se acercó lentamente y se arrodilló frente a él. Su mirada indiferente. Él susurró

—Shen QingQiu, sí tengo que elegir entre salvar el cuerpo de mi Shizun y salvar tu alma, sabes precisamente cuál es mi elección. No seré tan indulgente la próxima vez.

Claro que lo sabía. Había probado de primera mano la cortesía de su discípulo.

Por un momento, se sintió divertido. Tener a un mocoso-manga cortada pegado a él todo el día o tener a un genocida desquiciado queriendo matarlo, ¿qué es peor?

¡Había oído de algunas esposas que el cultivo dual era devastador. Ese falso Shizun estaba siendo devorado por el karma!

—¿De qué tanto te ríes? —preguntó el Dios De La Guerra.

Shen Jiu meneó la cabeza, aún con una sonrisa de burla en sus venenosos labios.

—Solo estaba jugando contigo. Liu-Shidi no debería tomarse todo tan personal.

—¡Casi me cortas el cuello!

A estas alturas, Luo BingHe ya estaba consciente de lo que su tío marcial sabía un poco sobre "este problema".

Pero... hacer desaparecer a Liu QinGe usando a este Shizun de otra dimensión, ¿Sería mala idea?

Quería estar el menor tiempo posible con ese tipo, pero no quería que el cuerpo de su Shizun fuera lastimado.

—Nosotros vigilaremos el hongo. —determinó Luo BingHe junto a MobeiJun. —Tú, Shang QingHua y Liu Shishu seguirán el mapa subterráneo. Si encuentran algo, escribanlo, no lo saquen a diestra y siniestra. Podría dañar el flujo espiritual.

—¿No debería quedarse aquí? —preguntó Shang señalando a Shen Jiu.

Si se quedaban juntos, definitivamente se derramaría sangre. Luo BingHe no sería paciente.

—Shizun es muy inteligente. Conoce muchas plantas espirituales —se escudó.

Caminaron y caminaron, la cueva era tan oscura que sus oídos se sensibilizaron.

Shen Jiu empezó a quitarse lentamente los talismanes hasta que unos pocos quedaron a la vista.

Habían estado en silencio durante todo ese tiempo, hasta que Shang QingHua decidió romper el hielo.

—¿Así que Shen-Shidi perdió la memoria? ¿Hasta dónde recuerdas? —preguntó, dejando que Liu QingGe se adelantara.

Shang QingHua sabía que era mentira, pero tanto tiempo en silencio lo volvería loco.

Shen Jiu lo miró lleno de desdén. Este había sido un traidor, coludido con la raza demoníaca,

Era un mentiroso experto.