Shizun se alió con ese bastardo.

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Shen Jiu nunca había experimentado una emoción tan devastadora y sofocante. La curiosa sensación de ser reprimido bajo otro cuerpo desnudo hubiera sido repugnante, si no fuera porque toda su columna hormigueaba terriblemente.

Nunca esperó verse envuelto en algo así.

—Esposa... —llamó el hombre que se hundía en él.

—No llames con nombres raros... ¡Ah! —masculló su propia voz.

Pero él no había dicho nada en absoluto.

La abrumadora sensación de ser estimulado hasta ese punto era asfixiante, sentía que en cualquier momento su alma saldría de su cuerpo.

Sus dedos se aferraban involuntariamente a la espalda caliente de quien, curiosamente, aumentaba la velocidad sin compasión.

Incluso sus dedos alrededor de la cintura de esa bestia se enroscaban e intentaban llevar el ritmo.

Dejó caer su cabeza ligeramente hacia atrás, su visión estaba aturdida por el esfuerzo físico del acto. Solo entonces pudo ver la expresión llena de ternura del hombre frente a él.

Nunca, ni siquiera en sus paseos por El Pabellón Rojo Cálido o en la cara de los jóvenes maestros cuando veían a sus esposas para iniciar su vida de recién casados. Nada de eso podría compararse.

La respiración agitada del hombre chocó con su cuello desnudo, un escalofrío estremeció todo su cuerpo.

—Shizun... —susurró el hombre mientras hundía sus labios en su barbilla, mordiéndolo.

Despertó sobresaltado y jadeando. El sudor empapaba su espalda y su cabeza giraba cada vez más rápido.

"¡Qué mierda!"

¡Era completamente ridículo! ¡Luo Binghe jamás haría tal atrocidad! Sí, desgarró todas sus extremidades y le cortó la lengua, ¡pero eso era ilógico!

—¿Maestro inmortal? —preguntó la mujer de la pipa mientras tocaba su espalda con suavidad.

Shen Jiu, que había sido rígido, carente de pasión y lujuria desde siempre, repentinamente se sintió sofocado hasta la miseria.

Ni siquiera quedaban ganas de burlarse de su estúpida situación.

Salió a toda prisa del Pabellón Rojo Cálido. Solo quería hundirse en las profundidades de un lago congelado para disipar esos perturbadores pensamientos.

Era simplemente imposible, siempre había sentido aberración por su mismo sexo.

¿Cómo podía haberse involucrado en todo eso? Simplemente no lograba asimilarlo.

El efecto sonoro del sueño manipulado por BingHe lo siguió, lo seguía atormentando mientras huía.

Todo tipo de sonidos obscenos ensuciando sus oídos.

Era tan abrumador que no se dio cuenta cuando sus pies se quedaron plantados en el suelo

Sin previo aviso, una corriente helada congeló sus pies.

"MoBeiJun."

Maldijo internamente. Quería una muerte rápida, no congelarse hasta la muerte.

Se obligó a activar su energía espiritual y continuó corriendo, pero no tenía sentido, su Qi era débil. 

Escuchó el sonido del pasto crujir. Unas finas botas de cuero caminaban lentamente hacia su dirección.

Ayudando al protagonista masculino a recuperar a su esposa.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora