Al día siguiente, unas negras ojeras pintaron sus ojos, lo que lo hacía verse viejo y mucho más deprimido.
Siguieron el camino, buscando y cazando monstruos que habían aprovechado de colarse en busca de problemas.
Mientras iban en carreta, Liu QingGe miró hacia el exterior.
Había niños pequeños, harapientos y desnutridos, tirando de las ropas de un pequeño joven maestro. Shen Jiu siguió su visión.
—Niños esclavos —susurró suavemente.
A diferencia de los niños huérfanos, los niños esclavos tenían una marca numérica en alguna parte de su cuerpo
El pequeño joven maestro fue tirado al suelo. Sus prístinas ropas fueron pisadas por los niños esclavos hasta llenarse de polvo.
—¡Quién quiere tu tonta baratija! Tenemos mejores cosas que dan suerte ¡Mira!
El niño esclavo alzó una cola de lagartija de un rojo escarlata.
—El libro de cambios tiene a un reptil como símbolo. No sabía que se divulgaría algo tan valioso en las calles. —escupió Shen Jiu.
—¡Está es una cola de lagartija de la suerte! ¡Es mucho mejor que tu basura cara!
—Solo es una cola ordinaria pintada de rojo... —murmuró el pequeño joven maestro.
El niño esclavo, como si con sus simples palabras pudiera mover montes, levantó el mentón.
—¡No digas mentiras! Solo estás envidioso porque nunca encontrarás uno igual, aunque tengas que pagar el triple de tu peso en oro. Te dejaré mirar todo lo que quieras.
El joven maestro alzó sus manos, esperanzado, solo para caer de bruces contra el piso.
—Qué niño más ingenuo —se burló Shen Jiu.
—Pero no te saldrá gratis. Quiero ese bollo. —Dijo el esclavo que mandaba en esa pequeña pandilla.
El pequeño estaba reacio a soltar el bollo recién empaquetado. Prefería ofrecer el jade y el oro. Viendo que los demás lo arrinconaban, se hizo bolita en un rincón, soportando la golpiza que se avecinaba.
—¡Pequeños bastardos! —rugió la voz de una mujer adulta. —¡Cómo se atreven!
La mujer lanzó a sus subordinados a perseguir a los pequeños esclavos a lo largo de la avenida.
La mujer se arrodilló junto al pequeño maestro. Su expresión suavizando su voz anterior.
—Xiao Xie, ¿Que estás haciendo aquí? ¿Por qué estabas con esas bestias?
El niño seguía siendo pequeño. Sus ojos antes pasmados por el susto cedieron, dejando salir un sollozo ahogado inundado de lágrimas.
La mujer sacudió las ropas polvorientas y limpió su rostro.
—Quería jugar con ellos... yo.. yo... Este Xie pensaba que si traía cosas les iba a gustar...
—Hijo mío, tus intenciones son honestas, pero ellos no son buenos —la mujer frunció el ceño. —Son peor que animales salvajes.
Shen Jiu miró la escena sin pestañear. Claro, en este mundo debías ser fuerte.
Desafortunadamente él nunca tuvo una madre que cuidara de sus heridas o lo levantara del piso polvoriento y sacudiera sus ropas.Sus ojos de fénix cayeron. Si Qi Ge hubiera elegido seguirlo a él en ese entonces y hubiera dejado al otro esclavo ser una pasta de carne, ¿que tan diferente serían las cosas?
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Ayudando al protagonista masculino a recuperar a su esposa.
FanficShen Jiu reencarna en el cuerpo del esposo del rey demonio Luo Binghe. Mientras huye de su pasado como villano escoria y maestro cuestionable, descubre las verdaderas intenciones de su hermano marcial, mientras intenta sobrevivir a una problemática...