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Paciencia.
Contra el pecado de la ira.

Mis ojos se encontraban mirando a ese chico, no podía sacar de mi cabeza cuál era el acto tan horrible que había cometido, está semana intenté hacercarme a él y poder hacerme su amigo, pero su respuesta era siempre
" Lárgate estúpido", no me molestaba sus insultos, más bien era la soledad y el dolor que reflejaban sus ojos cafés.
Papá decía que debía ayudar a toda alma destrozada, pero no podía en absoluto decirle a mi padre sobre mi interés en Min Yoongi, se preguntaría mi relación con él y es tonto porque él y yo no tenemos ni siquiera un crucé de palabras.
Que me dijera "estúpido" no era una conversación para mí. En fin, papá se preguntaría o más bien diría lo mismo de siempre.

" Que te he dicho, no te juntes con ese chico, no deben ser amigos"

Y entonces repetiría mi pregunta de "¿por qué?" Y sería exactamente lo mismo del anterior día. Subiría a mi habitación y me quedaría ahí algo pensativo sobre lo mismo de todo el tiempo.

¿Por qué nadie lo quiere, cuál es el motivo de tal tristeza en sus ojos?

Su mirada se topo con la mía algo que me hizo pensar que esta vez si me aceptaría como su amigo, era la primera vez que me miraba a los ojos, puedo sonar exagerado ya que  no me miró ni 3 segundos pero para mí era ganancia.

— Hola, ¿qué tal tu día? — me acerque a él después de que saliéramos del salón.

Su expresión no fue distinta a las otras veces, su rostro arto y asqueado de mi presencia.

— ¿Qué buscas ? — dijo en un tono serio, causando un escalofrío en mí— quieres burlarte de mi niño perfecto

Perfecto.

No era perfecto, cada día más me sentía atrapado en aquella palabra quería desaparecerla del vocabulario.

— No claro que no, yo solo quiero ser tu amigo — dije con un tono suave y sonreí

— Solamente puedes ser amigo de las personas que quieran — era algo sabio aquello, me dejó parado ahí y se marchó.

Eran sabías aquellas palabras, era totalmente cierto, entonces recordé aquello que me decía mamá.
"Solo puedes ayudar a las personas que quieran que las ayudes"
Pero este chico no quería ayuda, pero pedía a gritos que alguien se diera cuenta de su sufrimiento.

—Podrias  por favor responderme — dijo con la voz al nivel de que todo el vecindario escuchará

— Que quieres saber, que si me drogo ? Esa es tu preocupación— dije también subiendo el tono, si los vecinos chismosos estaban escuchando quería que al menos se enteraran bien del chisme.— no te preocupes madre! Ni la droga quitaría el odio hacia ese estúpido hombre.

— Dios, ten respeto Min Yoongi, es tu padre....

Dios. Ja!

— Ese hombre no es mi padre, y deja de meter a tu supuesto Dios en esto.

Caminé hacia la puerta con las intenciones de largarme y perderme por ahí con alguna mujer o tomar hasta morir en un bar.

— No te vas a ir, no más — se puso en la puerta, tapando el paso.— déjame dormir aunque sea una noche sin preocupaciones.

— Jajaja— reí con sarcasmo— soy yo el que no te deja dormir o es mi padre que llega ebrio a golpearte y a tomarte a la fuerza.

— Yoongi...— sus hermosos ojos se aguadaron por las lágrimas apunto de estallar sobre sus mejillas, se dejó caer al suelo como una niña pequeña llena de dolor.

Mi corazón se detuvo por un segundo y comencé a reclamarle por sentir dolor al verla de esa forma, sin embargo es un traidor. Me dejé caer con ella y la abrace dejando su delicada cabeza sobre mi pecho, sus lágrimas caían en mi pecho mojando toda mi camisa, arrugó aquella con sus dedos delgados y me partió el corazón, tanto que mis lágrimas comenzaron a salir sin permiso, mis pensamientos estaban solo en ella.
Mi madre era mi debilidad, pero aún así odiaba ser tan débil ante ella y al mundo.

— Perdóname cariño — tomo mi rostro entre sus manos frías — no soy una buena madre.

Su rostro lleno de lágrimas, mientras que yo limpie estás con mis pulgares. Y entonces me di cuenta de lo estúpido y egoísta que he sido, le causó tantos problemas a mi madre, más de los que tiene con aquel señor. Es un alcohólico y mujeriego, algo que detesto, y sin darme cuenta cada día me parezco más a él, grosero, estúpido, lleno de odio y toda esas cosas malas.

—Perdóname a mí mamá— dije entre lágrimas— no me he portado como un hijo, soy tan egoísta cuando tú haces todo por ayudarme — la abrace a un más fuerte y ella se acurrucó en mi pecho dejando que el olor de su cabello lizo y brilloso entrara a mis fosas nasales.

La amaba.

Era todo lo que tenía conmigo, siempre a cuidado de mí y de mis hermanos, a hecho todo lo posible por no arrastrarnos con ella al lodo. Cómo era capaz de lastimarla así, que clase de hijo haría eso... Ella me dió la vida, estoy aquí porque ella me permitió vivir en sus entrañas.

— Te amo — con tono suave y dejando un suspiro cálido en mi pecho, como si hubiera deseado aquel abrazo más que a nada.

— Yo también — deje un beso en su cabeza, preguntándome qué seguiría después...

Quién soy?
Que estoy haciendo aquí?

Mis preguntas no tenían sentido, sabía dónde estaba y sabía que mi nombre era Min Yoongi pero... Por alguna razón me sentía fuera de sí, esas preguntas eran más que lo que decía, era lo que me llevaría a mi futuro.

¿Para qué había a nacido?

El propósito de mi vida era actuar como un idiota o solo era yo quien lo estaba alterando.

Regalame tus estrellas, muchas gracias por leer. Espero les guste tanto como a mí escribirlo.

Besos y abrazos.

LA DELICIA DEL PECADO. | YoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora