Final alternativo. (pt, 1)

58 8 3
                                    


¿Habías oído hablar del destino?

Bueno, yo no hasta que un día me topé de frente con él. Siempre pensé que era solo una palabra más en el diccionario, algo que la gente usaba para explicar cosas que no podían entender. Pero resultó que era mucho más que eso.

Lo descubrí en él, en sus ojos avellanos y lo especial que hacia cada cosa que tocaba. Yo en ese entonces no sabía cómo terminaría nuestro amor, no entendía muchas cosas.

Han pasado los años, y me es incapaz poder borrar todas mis memorias sobre mi juventud, fui un chico feliz desde que lo conocí.

Desde que me atreví a amar.

•••


Era una mañana fría y gris, el tipo de día que hace que te sientas vacío por dentro. El cielo estaba cubierto de nubes oscuras, y el viento soplaba con una fuerza que me hacía temblar. Me sentía igual, vacío y temblando por dentro.

Caminé por la calle, sin rumbo fijo, solo tratando de escapar de mis pensamientos. Pero no podía. La angustia me consumía, me ahogaba. Sentía que estaba perdiendo el control, que todo se me escapaba de las manos.

No sabía qué hacer, ni a dónde ir. Solo sabía que tenía que mantenerme en movimiento, que no podía parar. Porque si paraba, la angustia me atraparía, me devoraría. Y no sabía si podría sobrevivir a eso.

Las luces de la ciudad parecían opacas, como si la grisura del cielo se hubiera filtrado en todo. Los sonidos eran apagados, como si el mundo estuviera conteniendo la respiración. Y yo estaba en medio de todo, sintiendo que me ahogaba en mi propia desesperación.

Cada paso que daba parecía llevarme más lejos de la calma, más lejos de la paz. Mi mente era un torbellino de pensamientos oscuros, de miedos y dudas. No podía encontrar un momento de quietud, un momento de silencio.

Sentía que estaba caminando por un abismo, sin saber dónde estaba el fondo. Sin saber si había un fondo. Y eso me aterrorizaba. Porque si no había un fondo, ¿qué me sostendría? ¿Qué me impediría caer en la nada?

La angustia me oprimía, me aplastaba. Y yo seguía caminando, sin saber hacia dónde, sin saber por qué. Solo sabía que tenía que seguir adelante, tenía que encontrar una salida a este laberinto de dolor. Pero no sabía si la encontraría.
Fue ahí donde mis pasos se quedaron estáticos y mi celular vibro dentro mi pantalón. Metí mi mano en el bolsillo y la llamada de mi madre me paralizó el aliento, algo anda mal.

Podía sentirlo en el aire, olía a sangre, a dolor.

Contesté la llamada y las palabras salieron hacia a mí oído, tan desesperado.

Mis pies temblaron, el entumecimiento de mi cuerpo duró minutos, el sumbido de los autos me generaban jaqueca, quería huir, quería llorar.

Jimin había sido atropellado.

¿Es así como todo tiene que terminar?

•••

•••

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
LA DELICIA DEL PECADO. | YoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora