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"Somos tan iguales y tan
diferentes que me da miedo enamorarme de tí."

Gracias Hyung, fue un gran día — sonreí, a ser verdad era el mejor día de mi vida desde hace mucho.

        — Nos vemos después Jimin — sonrió y se fue.

Se fue, dejando un corazón lleno de amor, mi piel estaba erizada por todos los besos anteriores y las miradas profundas que ambos nos habíamos dedicado. Min Yoongi, era una persona totalmente diferente, estaba conociendo esa parte tan profunda de él y es algo que me gustaba, mi sonrisa se quedó como retrato en mis labios toda la noche de ese día, como no, toda mi mente estaba en ese momento deseando volver a repetir esas sensaciones.

Por mi ventana entraba el aire frío, pero mi cuerpo estaba tan cálido que no podía sentir si quiera un escalofrío, mi estómago estaba todo lleno de mariposas, sentía como bajaban volando por mis intestinos y luego volvían a subir de nuevo, como un sube y baja, luego se posaban en mi estómago haciendo cosquillas en él.

Eran las ocho con seis minutos de la mañana y yo estaba aún en la cama, con mi cara adormilada sumergida entre las almohadas y el cabello hecho un desastre, mi cuerpo pesaba, quería quedarme ahí más horas pensando en el maravilloso rostro de mi Hyung... Tan cálido, sus mejillas rosaditas combinado con lo pálido de su piel, su pequeña naricita de gatito, sus ojos pequeños color café oscuro, ohh y sus labios finos color carmesí. "Perfecto."

La primavera estaba apunto de llegar y para mí era magnífico, era una estación muy colorida, llena de vida, me recordaba a mamá, cuando era niño solíamos ir a la playa y caminar por la orilla mojando las puntitas de nuestros pies, el aire fresco chocaba en nuestros rostros, su cabello largo liso cubría en ocasiones su rostro.
Cuando crecí supe que en realidad no le gustaba mucho la playa, la ponía triste, decía que había personas que morían y que jamás encontraban su cuerpo, se quedaban solas en el fondo de un océano que no tiene fin, en cierto punto, eso me hizo sentir triste también, tenía razón.

A medio día acompañe a papá hacer la compra de todos los meses, no me gustaba mucho acompañarlo porque siempre acababa con un pesar en los ojos, era tan aburrido que mis párpados pesaban, solo caminaba atrás de él con el carrito y muy pocas veces me dejaba que yo comprara las cosas mientras él hacía algunos trámites, pero en si no era una misión dificultosa o entretenida.
Normalmente para no aburrirme jugaba a no pisar las rayitas de los azulejos en el suelo, parecía un niño chiquito pero era completamente divertido, pero ese día era diferente, pues no estaba aburrido, en realidad estaba pensando en Yoongi, en lo mucho que me gusta observar su rostro y sus lindas expresiones, ansiaba verlo otra vez, habíamos quedado de vernos el Domingo, aunque ya era mañana aún así  sentía que se me hacía eterno.

— Jimin que te parece este producto, dice que tiene 9 pajitas de pollo más y trae un aderezo gratis, es mucho mejor al que siempre llevamos, aunque no conozco la marca. ¿Qué opinas lo llevamos?

     — Oh bueno, creo que está bien.

— Últimamente te he notado algo distraído, sumido en tus pensamientos, ¿Estás bien?

    — Lo estoy papá, solo que me gusta pensar en todo lo que me rodea.

— Está bien, pero no te olvides de tu padre

       — Nunca.

— Bien y que tal la escuela? No hemos platicado, me temo que he estado mucho tiempo en el templo, discúlpame si no te he prestado tu debida atención hijo.

LA DELICIA DEL PECADO. | YoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora