Bittersweet Dream | YoonMin #3

Capítulo IX.

«Si no creemos en la libertad de expresión para la gente que despreciamos, no creemos en ella en absoluto». -Noam Chomsky.

Capítulo IX.

-¿Quieres un té? -preguntó el doctor Min y negué, no podía aceptar nada después de lo que me dijo y como su esposa me miraba con asco- Sé que es algo difícil de procesar, pero debemos entender que la vida, lamentablemente, es así.

-¿Así como? ¿Tan jodida? ¿Más hija de puta que su esposa que no deja de mirarme como si fuera un insecto al que exterminar? -me deje llevar por la rabia e impotencia porque ya no tenía lágrimas para llorar, simplemente me sentía torpe de no haber podido hacer algo para ayudar o siquiera poder verlo para darle las gracias por todo lo que hizo por mí y asqueado por otro lado de que esa mujer no tuviera ni un poco de empatía. Me duele- ¿Podría dejar de mirarme así? Perdí a mi amiga, perdí a mi amigo, me perdí a mí mismo y me gustan los hombres, tengo una vida de mierda como cualquier otro ser humano porque eso es lo que soy, un ser viviente que siente incluso más que usted. Así que, si quiere mirar algo que le de asco como para despreciar con la mirada, mírese al espejo que no merezco su maldito odio y desdén, ¿entendido?

Ella quería decir algo, pero su hijo se interpuso en su mirada. El chico caminó hacia mí para sentarse a mi lado y tomar mi manos con la suya, dándome su apoyo y pidiéndome, en un susurro, que la ignorara.

Pero ella no se mantuvo callada.

-No entrarán en el cielo de nuestro Dios y espero que tu amigo se pudra en el infierno.

-¿Quién demonios crees que eres para decir eso? -lo siento YoonGi, no puedo ignorarla- ¡Deja de esconder tu maldita homofobia tras una religión! Estoy cansado de que gente como tú se crea con el poder de decidir quién vive y quién no, quién va al cielo o al infierno, quién es normal y quién está enfermo. Joder, ¿podrían callarse de una puta vez y admitir que son personas ignorantes, asquerosas y que se hacen los santos bajo una religión a la que difaman y muestran, ante los demás, como algo malo porque son ustedes quienes no aceptan lo diferente? La religión no te define, tú lo haces, así que, deje de esconder su miserable envidia y odio bajo el nombre del gran Dios al que le rezaba de pequeño porque tuve padres creyentes que me aceptaron de igual forma y me enseñaron a amarlo, respetarlo y respetar a quienes creen en él incluso si tiempo después decido no hacerlo. ¿Dónde te queda el amor al prójimo? ¿Es solo cuando cumple con tus requisitos para ser tratado como alguien "normal"?

No hacía falta mirar a mi lado para saber que su hijo la observaba con una sonrisa orgullosa que decía: "me voy a casar con él y no podrás evitarlo", mientras que su padre mantenía una expresión neutra ante la situación, como si necesitara dejar que nosotros solucionaremos el problema aunque ella se encuentre moralmente errada, al menos, al denigrar. Comprendía que a algunas personas se le hiciera incomodo ver este tipo de relaciones públicamente o ver personas que rompen con lo que le educaron como bien y normal, pero no por eso puedes hacerlos sentir miserables y bajarlos como personas cuando todo tenemos los mismo derechos y merecemos el mismo respeto.

-No puedes tratarme de esa forma en mi casa -dijo indignada y buscando la mirada de su esposo-. Dile algo...

-Puede tratarte de la misma forma que tú lo has tratado sin importar el lugar donde se encuentren porque eso es lo que has conseguido -fue lo que respondió antes de levantarse del sofá en el que estaba e ir a la cocina.

Su esposa, roja de la vergüenza, se dio la vuelta y se perdió en los rincones de la casa. Cuando el doctor Min volvió lo hizo con una bandeja donde tenía tres vasos de jugos de naranja y una carta que, de inmediato, se la dejó a su hijo en las piernas. Este último no sabía cómo mirarlo, pero yo entendía con eso que en su mente solo pasaba una pregunta: «¿por qué no me defendió a mí?» Porque estoy seguro que es terrible ver como tu propio padre defiende a otros menos a ti, cuando parece quitarle importancia porque eres su hijo y se muestra con los demás como te gustaría que fuera contigo.