Capítulo XII.

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«Es al separarse cuando se siente y comprende la fuerza con que se ama». -Crimen y castigo.

Capítulo XII

P;Jm

Eran alrededor de las cinco de la mañana cuando decidimos abandonar el hotel para ir a casa; Jungkook no había dejado de llamar para informarnos que NamJoon aún no despertaba y que estaba mal herido, así tampoco dejaba de preguntar por JeonSoo.

«Está mal. Tiene dos heridas de balas en su abdomen y no ha despertado del descanso, según tu padre tiene posibilidades de sobrevivir, pero todo dependerá de cómo pasa la noche. Vuelvan pronto, tenemos que irnos de este maldito lugar». Esas fueron sus palabras. Esas crudas palabras eran parte de su presente junto con alguien que había querido olvidar: el insensible del pasado. Porque conozco a Jungkook, porque reconozco cuando algo anda mal y sé que aquella voz era idéntica a la incertidumbre y frialdad de aquel tiempo que recién llegó a Ggweing.

El padre de YoonGi había encontrado a NamJoon tras escuchar gritos, resulta que el chico se arrastró lo más que pudo hacia su casa. Tuvieron que ser al menos veinte minutos arrastrándose desde el lugar donde estaba.

-Mi padre ya viene -informó YoonGi y yo asentí, las chicas ya estaban de pie a nuestro lado, aunque JiYeon sostenía a JeonSoo ya que esta no podía caminar bien. Por lo que logré ver mientras dormía, podría ser una fractura femoral, pero no estaba seguro ya que no soy médico.

No dejaba de mirarla preocupado porque si era aquello que creía lo más probable es que tardaré meses en recuperarse y tiempo es lo que menos tenemos estando en este lugar.

-Estará bien, Jimin.

-Cállate.

-"Gracias amor, confío que así sea" -hablo intentando imitar mi voz, pero haciéndola más chillona. JeonSoo a mí lado soltó una risita por lo bajo-. ¿Por qué no puedes ser romántico por una vez en tu vida?

-¿No entiendes lo que es "cállate"? ¿Te lo explico?

Un auto se posó frente a nosotros y confiados abrimos las puertas traseras dejando entrar a las chicas mientras YoonGi seguía reprochando que no era nada romántico. Tenía mi cabeza en todos lados menos donde debería estar y por esa razón, cuando estaba por subirme atrás con las chicas, JiYeon hizo una mueca rara cuando dejó de mirarme para mirar hacia el frente y antes de escucharla gritar, me quedé perplejo. El auto en el que habíamos confiado ciegamente, se fue. El sonido de las chantas contra el pavimento me dejó un pitido en los oídos que me dañaron; el grito de las chicas ante el repentino movimiento también, todo me hizo quedarme en aquel momento sin poder mover ningún músculo del miedo.

-¡Mierda! -grito YoonGi intentando correr tras del auto y fracasando segundos después cuando ya se nos había perdido por el camino hacia el bosque.

¿Qué había pasado?

M;Yg

No sabía cómo había pasado; el auto se escapó de mis manos sin importarle que la puerta quedase abierta ni mucho menos que pudiera atropellarnos, simplemente se llevó a las chicas y yo no supe qué hacer porque confíe como un idiota en que era mi padre. Era su auto, joder, ¿¡Por qué fui tan idiota de no fijarme antes!?

Creo que me confíe mucho, me despreocupe del momento y lo que estaba pasando solo para intentar avergonzar al chico que me gusta y pasó esto; fui un idiota, un imbécil que no pudo hacer una cosa buena por su vida. Solo debía protegerlas y la había jodido de una manera estúpida.

Bittersweet Dream | YoonMin #3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora