I LOVE HER, BUT... ||WINRINA||

Déjà Vu

POV WINTER

Tomar decisiones cuando estás siendo influenciado por los encantos de la persona que te trae loca puede resultar muy mal. No piensas en las consecuencias, solo quieres hacerla feliz. Eso fue exactamente lo que yo hice, caí en sus encantos y acepte pese a que todo me decía que no lo hiciera. Acepté ir con ellos cuando bien sabía que mi corazón podría no soportarlo.

Pero soy débil, y más, cuando se trata de Karina. Creo que no hace falta decirlo.

Ni tampoco hace falta mencionar lo incómoda que me siento desde el primer momento en que estuvimos los tres juntos en el mismo metro cuadrado.

La realidad me abofeteo bastante fuerte a decir verdad.

Aunque Karina me aseguró que no me dejaría de lado, es bastante obvio que si lo haría, yo lo sabía, y no puedo culparla, porque está con su novio. Esta en todo el derecho de pasarme por encima e ignorarme las horas que fueran necesarias si tiene a su príncipe azul al lado.

Yo sinceramente ya no sabía que hacía aquí. Todo es un maldito martirio. Ver como se sujetan de la mano mientras hablan, como comparten rápidos besos que ellos piensan inocentemente que no veo, como se hacen bromas a medida que avanzábamos a través de los juegos, como Jeno la sujeta de la cintura o de la mano para ayudarla a subirse, o él como se abrazan cuando suben a juegos más extremos.

Me duele admitirlo pero, parecen estar hechos el uno para el otro. Cuando se miran a los ojos es como si no existiera nadie más a su alrededor.

Y maldigo, porque muy en el fondo yo quiero ser esa persona que Karina miré como si fuera lo más hermoso de todo el planeta. Desde pequeña fui egoísta cuando se trata de ella, pero ahora parece que mi nivel ha aumentado, no soporto verlos juntos.

Es doloroso para mí. Me duele, más que la maldita enfermedad que me queja. Dios, prefiero desmayarme a seguir presenciando esto.

Mientras ellos se divierten yo estoy aquí, sentada a varios metros de distancia con un vaso de refresco en la mano mientras observó hasta el más mínimo detalle. Ja. Ahora resulte ser masoquista. No esperaba menos de mí. Analizó todo lo que hacen, hasta la más mínima mirada que comparten.

Un atisbo de orgullo quiere surgir desde lo más profundo de mí ser cuando me doy cuenta de que todo lo que hace la parejita enamorada, ya lo había hecho yo con Karina. Antes fui yo quien ocupó el lugar de Jeno, siempre me aseguré de tratarla como una princesa, de ayudarla, de abrazarla.

Y él piensa que es especial.

Es fácil saberlo, Jeno cree que es el único que lo ha hecho, lo sé por su enorme sonrisa, sus ojos brillantes y en como trata de comportarse cual príncipe rescatando a su damisela en peligro.

Estoy segura de que pase mucho tiempo observándolos. Desde que les dije que no quería subir a los juegos mecánicos, me dejaron aquí sola, al principio Karina parecía preocupada por dejarme sola, pero con el paso del tiempo se fue olvidando de mí. Dudo que recuerden que sigo aquí.

-Debería irme- Tal vez se darán cuenta de que no estoy cuando terminen de juguetear y vengan a la banca donde me dejaron -Pero Karina se sentiría mal- Como odio este sentimiento. Me quiero ir pero al mismo tiempo no quiero ver a mi mejor amiga triste.

Nuevamente los vi besarse cuando subieron a la famosa rueda. Algo bastante romántico si me preguntan.

Cuanto daría por ser Jeno en estos momentos.

Pero lastimosamente no se puede, y seguramente nunca se podrá.

Traté de ignorarlos y saqué mi celular para navegar por las redes sociales, además de algún que otro juego. Estaba tan metida en mi papel que solté una maldición cuando repentina figura apareció de la nada, haciéndome perder.