I LOVE HER, BUT... ||WINRINA||

Love Scenario

POV JENO

Siempre estuve enamorado de Jimin.

Desde el primer día en que la vi, sentí de todo por ella. No podía apartar mi mirada de su hermoso rostro, olvidé incluso por donde estaba caminando y terminé tropezando con un bote de basura, captando la atención de todos, incluso la de ella. Las risas de mis amigos se escucharon tan lejanas cuando nuestros ojos se encontraron, para mí, en ese momento, el mundo desapareció, solo éramos ella y yo.

Admito que no fue la mejor primera impresión que pude dar, todos se estaban riendo de mí, claro, a excepción de ella y su acompañante, Minjeong, ambas simplemente me observaron en completo silencio hasta que algunos de mis amigos me ayudaron a ponerme de pie, fue en ese momento cuando caí en cuenta del ridículo que hice frente a todos. Las risas se volvieron cada vez más fuertes a mis oídos, obligándome a buscar refugio en la espalda de uno de mis amigos antes de que muriera de vergüenza, mis mejillas se sentían tan calientes que incluso desde la distancia seguramente se podía notar y lo que terminó por empeorarlo fue cuando tímidamente volví a mirarla, y ella estaba sonriendo débilmente en mi dirección, no era como los demás, que solo se burlaban de mí, más bien, fue como un saludo antes de darse la vuelta y seguir su camino sin volver a mirar atrás.

A partir de ese momento mi enamoramiento empeoró. No podía ni siquiera pasar a su lado sin hacer una estupidez que me dejaba en ridículo, no podía mirarla a los ojos porque ya sentía que mis mejillas se sonrojaban, ni mucho menos podía tan siquiera intentar hablarle porque empezaba a tartamudear y para rematar terminaba huyendo sin darle tiempo a nada.

Era realmente patética mi forma de actuar, pero es que simplemente no sabía qué hacer cuando la tenía cerca, es como si mi cuerpo estuviera programado para únicamente dejarme en ridículo.

No avancé nada en un año entero, simplemente me limitaba a observarla desde lejitos, no en plan acosador, pero si en plan "quiero conocerla", ya que soy tan ridículamente tímido que si me acercó seguramente terminará teniendo una mala impresión de mí. No tuve el valor para hablarle, ni mucho menos para pedirle una cita o decirle mis sentimientos. Nada cambió hasta que mis amigos me vieron tan desesperado al no saber qué hacer, que tuvieron que actuar. Son amigos de las personas más cercanas a Jimin, así que organizaron una salida para que todos fuéramos a un karaoke.

Fue desde ese momento que hubo un giro drástico en nuestra relación. Siempre vi a Jimin como una figura inalcanzable, como una Diosa que no se preocuparía por la existencia de alguien como yo, pero sorprendentemente, en aquella ocasión se sentó a mi lado cuando todos se fueron a cantar y me habló. No sé cómo le hice para hablar sin trabarme o tartamudear, pero su dulce voz y su carisma natural lograron que me relajará con el paso del tiempo, ya para el final de nuestra salida, no me resulto difícil pedir su número de celular para que saliéramos en otra ocasión, solo los dos.

Pensé que todo iría bien desde ese momento, por lo menos no le era indiferente, pero en las primeras ocasiones que le pregunté si quería salir conmigo, siempre se negó, no tenía muy claro el por qué, pero siempre desechaba mis ofertas amablemente.

No fue hasta un tiempo después que descubrí la razón.

De hecho, esa razón tenía nombre y apellido. Kim Minjeong.

No es que Minjeong le prohibiera salir conmigo, porque sé que nunca lo hizo, lo que realmente retenía a Jimin era su instinto protector sobre la chica, no le gustaba dejarla sola, ni aunque fuera por unos minutos. En especial por esa epoca ya que Minjeong recibió muchos comentarios maliciosos por parte de algunos compañeros que la hicieron caer en un estado realmente lamentable, parecía perder peso por cada día que pasaba y claro, Jimin no iba a dejarla sola por salir conmigo, así que desistí de invitarla a salir por un tiempo, en cambio, me limité a saludarla y hablarle durante los almuerzos o en cualquier lugar en el que pudiéramos coincidir. Me sentía bien con ello, después de todo, conseguir que me hablará como si fuera un amigo más ya era una victoria para mí.