Capítulo 28: Solo es el principio...

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Tras la llegada de Cory, todos los intrusos abandonaron los terrenos del castillo. Si conseguirían volver al pueblo a salvo, eso ya era problema suyo.

Sobre el medido día, Lumiere y Din Don se toparon con Gastón, o más bien con el cuerpo inerte de este. No entendían como habiendo caído desde tanta altura no se había reventado la cabeza. Tal vez no cayó directo al suelo de la calle, y se sostuvo de los muros, balcones o puentes. No lo sabían, pero tampoco les importaba.

Lumiere se aproximó al cuerpo, para corroborar si estaba muerto, y para su sorpresa, seguía vivo.

- ¿Está muerto? - le pregunto Din Don.

Lumiere coloco su mano en el pecho del pelinegro, y no tuvo que hacer mucho esfuerzo para conseguir detener su corazón por completo.

- Sí, está muerto - declaro, despreocupado.

- Deshagámonos de él. No quiero que los niños lo vean.

- Sí, será lo mejor. Cogeré una manta o algo.

Envolvieron a Gastón con una sábana, y en un claro del bosque, lo quemaron.

- Que gusto poder controlar mi fuego de nuevo - comento Lumiere, tras prender fuego al cadáver.

- Mentiroso, nunca lo has controlado bien - bromeo Din Don.

- Adoras mi descontrol.

Lumiere le guiño un ojo, y el ex-reloj, rodó los suyos. Dios, como había echado de menos el rubio verlo hacer eso.

- ¿No nos habremos pasado? - cuestiono el mayor, culpable -. Igual deberíamos haberlo llevado de vuelta. Tal vez tenía familia, o amigos...

- Intento abusar de Kalet y matar a Adam... Que le jodan.

Lumiere avivo el fuego, incinerando por completo al hombre. La ventaja del fuego mágico, es que es más efectivo y rápido a la hora de quemar algo. Gastón no tardó mucho en convertirse en una montaña de cenizas, que pronto se llevó el viento.

- Que se pudra en el infierno - dijo Lumiere, resentido.

Din Don lo tomo de la mano.

- Venga, volvamos a casa - le dijo.

Lumiere lo rodeo con el brazo y le dio un beso en la cabeza. Todavía le costaba asimilar que pudiese hacerlo.


De vuelta en el castillo, la Sra. Potts se encontraba tapando con una manta a Fifí, Chip y Cory, que se habían quedado dormidos en el sofá.

- Han caído rendidos - dijo en un susurro.

- Pobrecitos, lo que han tenido que pasar - comento Lumiere -. ¿Y Kalet y Adam?

- Igual. Durmiendo en su habitación. Justo bajaba de verlos, cuando me encontré a estos tres cao.

Los adultos los observaron con ternura. Les llenaba de dicha poder contemplarlos en aquel estado, relajados, y al fin, humanos de nuevo.

- Dejémoslos descansar, han tenido una noche movida - dijo Din Don.

- Sí, por diez años - contesto Lumiere -. ¿Solo yo tengo hambre?

Los tres se rieron.

Bajaron a la cocina para comer algo. Se sentaron en una mesa y pasaron el rato charlando.

- ¿Qué pasará ahora? - pregunto la Sra. Potts.

- Se supone que el mundo nos recordara - menciono Din Don.

- No sé si eso es bueno - comento Lumiere -. Por lo que averigüe cuando visitamos el pueblo, el reino de Franda perdió la monarquía hace una década. Para ellos desaparecimos, y han prosperado bien sin nosotros.

Kalet y la Bestia: La maldición [LRDN #2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora