Todos terminaron tosiendo tras abrir las cajas con los adornos; estaban llenas de polvo, hacía años que ni siquiera las movían.
—Vale... —Lumiere tosió—. Igual sí es para tanto.
—¿Tú crees? —dijo Din Don.
—Sra. Potts, ayuda.
La Sra. Potts era la encargada del mantenimiento del castillo, trajo todo lo necesario para limpiar los adornos, y entre todos se encargaron de adecentar un poco el lugar. Querían que al menos la sala de estar luciera perfecta para Navidad. Cuando los adornos estuvieron listos, comenzaron a decorar la sala y a añadir algunos detalles al resto del castillo, al menos a las zonas que más solían frecuentar.
Kalet alzó a Chip para que colocara un adorno en el árbol con la boca.
—Gracias, Kalet.
—De nada. Está quedando precioso, ¿no crees?
—¡Sí!
—Falta algo... —dijo Cory, pensativo—. ¡Oh, ya sé! ¿Dónde está la estrella?
—¿No está en las cajas? —preguntó Fifí.
—Qué va, aquí no hay nada.
—Pues arriba tampoco, hemos vaciado toda la sala.
—Igual está en otra parte. O se rompió, o algo así —comentó Kalet.
—¿Y qué vamos a hacer sin estrella?
Din Don y Lumiere miraron a Adam al mismo tiempo, antes de que se marchara repentinamente. Subió a su habitación y sacó una caja de debajo de la cama. Se quedó observando la estrella del árbol que guardaba en su interior; era blanca y dorada, hecha con alambres, y tenía una cinta roja atada, con el lazo deshecho. Su mirada era triste y melancólica.
Lumiere se acercó a él, con cautela, mientras Din Don aguardaba en la puerta, sin saber muy bien qué decir para consolarlo.
—Adam, ¿estás bien?
Adam se sorbió la nariz, intentando disimular sus ganas de llorar.
—Sí. He encontrado la estrella.
Lumiere posó sus manos (o velas) sobre el brazo de Adam, y este lo observó, sin poder ocultar la tristeza.
—La echo de menos —dijo con voz débil.
—Yo también. Pero siempre puedo verla, a través de ti. —Adam sonrió un poco—. Estaría feliz por este paso.
—No creo que Kalet quiera seguir decorando sin ti —mencionó Din Don—. ¿Bajamos?
Adam asintió, guardó la estrella de nuevo en la caja y se dirigieron a la sala de estar. Por el camino se toparon con Kalet.
—Hey, te estaba buscando. No queríamos terminar el árbol sin ti.
Adam sonrió.
—Fui a por la estrella.
—¿La tienes? —Adam abrió la caja, dejando ver el adorno en su interior—. Wow, es muy bonita.
Kalet la admiraba con ilusión, lo cual provocó una sonrisa sincera en el rostro de Adam sin poder evitarlo.
—Vamos a ponerla —dijo más animado.
—Sí.
Volvieron a la sala de estar y terminaron de decorarlo todo antes de colocar la estrella, según Cory eso era lo último.
—Nunca lo había pensado, pero es probable que Cory tampoco haya celebrado la Navidad nunca —se percató Adam de repente.
—Es verdad. Siempre ha estado solo —comentó Lumiere.
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Kalet y la Bestia: La maldición [LRDN #2]
FantasiSeguro que estabais esperando escuchar esta historia: "Un príncipe malo y egoísta, fue encantado por una hechicera, transformándolo en una horrible bestia. Hechizo que solo se rompería si lograba que alguien lo amara". Creo que os habéis equivocado...