Menos nueve

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Navidad, mi cumpleaños, carnavales... Estas fechas que antes me importaban, ahora me dan igual.

Y que triste es que las cosas se hagan insignificantes, anhelo la ilusión al despertar, extraño ver los días de distintos tonos en vez de todos grises.

¿Por qué ahora las cosas son tan insignificantes? Quizá es porque yo ahora tampoco significo nada.

Debería volver a darle importancia a las cosas, y sobre todo, volver a darme importancia a mi.
Porque no sé en qué momento he dejado de darle valor a la persona que veo reflejada en el espejo, la que intento evitar ver cada día. No sé por qué no le hago caso mientras ella me grita que la escuche desde mi consciencia. No sé por qué la he abandonado cuando ella solo pide más fuerzas, porque ella aún quiere seguir, ella merece seguir.

Y me pido perdón por haberme ido tanto, porque me estaba cayendo hacia las profundidades del abismo y no hice ningún esfuerzo por intentar salir, porque se estaba tan bien dejándose llevar...

Pero ahora nadaré a contracorriente, aunque suponga el doble de esfuerzo, solo para ser diferente. Ahora voy a hacerlo bien, y quizá lo único que necesito para eso es cambiar mi manera de ver las cosas.

Voy a intentar hacerlo, hasta que las nubes se vayan y el cielo quede despejado.

Cuando pare la tormentaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora