Menos treinta y tres

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Aquí quiero hacer honor a todas las mañanas en las que me despertaba y dejaba de encontrarle sentido a aquello que hacía, los despertares en los que en realidad no quería despertar porque dolía hasta abrir los ojos.

Quiero mencionar las tardes en las que dejé de salir porque no quería que nadie me viera tan rota ni quería fingir que no lo estaba.

Quiero nombrar las noches en las que me sentí sola estando rodeada de tanta gente con la que intentaba encajar pero sabiendo de sobra que mi sitio no estaba ahí.

Quiero contar las madrugadas en las que me quedé llorando pensando que no me quedaban esperanzas, y dejaron de importarme cosas que sí que me tienen que importar, como por ejemplo yo misma.

Quiero recalcar todos los días que estaba con el corazón destrozado pero no le dije nada a nadie porque no quería molestar, ser pesada o ,como muchos dicen, victimizarme.

Todo ese tiempo me ha hecho ser quién soy, con días buenos, días malos y días peores todavía. Pero seguimos estando.

Y hoy es un día más: una mañana, tarde, noche y madrugada más para ser quién soy.

Cuando pare la tormentaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora