Tenía tanto miedo de no ser suficiente para nadie que me agarré a lo que pude con fuerza. Pero no me di cuenta de que al agarrarme lo único que hice fue romperme las manos de apretar tanto, rompiendo así el resto de partes de mi.
No quería irme, no quería que me olvidaran, ni tampoco quería resultar insuficiente para la gente que a mí me llegaba a importar tanto. No quería pensar tanto en todo el mundo y que ninguno de ellos pensara en mí.
Tengo anclada en mi mente cientos de personas que lo único que hacen es hacerme daño cada vez que las pienso. Y no puedo más.
No puedo seguir así porque me estoy desgastado, no me da para estar más noches en vela y días encendidos. No me renta estar escribiendo esto de madrugada porque me invade la culpa cuando tengo que despertarme dentro de dos horas.
No quiero llegar a clase y fingir que todo está bien cuando nada lo está. No quiero hablar con la gente en los intercambios, pero tampoco quiero que piensen que soy aburrida por no hablar, aunque en realidad estoy cansada de hacerlo cuando nadie me escucha.
No quiero salir al recreo tragándome las lágrimas y hablar sobre cualquier cosa cuando no me queda nada por hablar. No quiero aguantar las seis horas de clase que me torturan desde el principio hasta el final. No puedo seguir así, aunque todo mi futuro me lo esté pidiendo a gritos y tampoco pueda salir de aquí.
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Cuando pare la tormenta
PoetryEsta historia no son solo letras, es también mi interior. No son agrupaciones de palabras, son lo que me ha llevado a escribirlas. No son unos cuantos relatos cortos, son los míos. Son todos mis pensamientos, las cosas que recluyo, os las muestro a...