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—¿Tan aburridos son los bailes de instituto?— Preguntó Astrid viendo a todos los chicos que estaban en el gimnasio bailando, lo que causó en la chica un sentimiento de desagrado, nunca la habían gustado los bailes y menos aún los años sesenta, así que en un solo lugar se fusionaban dos de sus cosas menos favoritas más el plus de que allí, lo más seguro, es que estuviera Klaus.
—Lo único bueno es que cuelan alcohol, sino sería un baile infantil.— Alegó Damon haciendo que la chica viera como dos chicos echaban algún líquido de una petaca al ponche.
—Gracias a todos por venir.— Habló una chica desde el escenario. —Esta noche tenemos una petición especial, esto es para Elena de Klaus.— Añadió haciendo que todos se pusieran en alerta, en especial Astrid y Elena, las cuales miraron a todas partes esperando dar con Klaus, pero no estaba.
—Ha sido un truco patético, quiere que piquemos.— Alegó Damon restándole importancia a la situación.
—Conozco a todo el mundo.— Afirmó Elena dando a entender que Klaus no estaba allí.
—Puede que no esté aquí y quiera hacernos creer que sí.— Añadió Astrid sabiendo que Klaus les estaría observando, tal vez no él de forma directa, pero sí de forma indirecta, de eso estaba segura.
—Es una fiesta, integremonos. Que venga a nosotros.— Insistió Damon restándole importancia al riesgo que suponía la presencia de Klaus en aquel lugar.
—Buena idea.— Sonrió Bonnie mientras se marchaba con Jeremy.
—No, creo que sea así de fácil. A Klaus le gusta jugar, y esto es un juego para él.— Intervino Astrid mostrando que conocía muy bien la manera de actuar de él, y aunque hubiera pasado, únicamente, medio milenio, había cosas que nunca cambiaban.
—Dedicatoria especial, ¿no? Ese tío es un retorcido.— Comentó Alaric al ver aparecer a Damon y a Astrid.
—No me impresiona.— Garantizó Damon mostrando que aquello no era tan terrorífico, de hecho aquello no parecía venir de uno de los vampiros más temidos sobre la tierra.
—¿No?— Inquirió Alaric sorprendido.
—Es patético.— Añadió Astrid mientras se alejaba de ellos
—¿A donde vas?— Preguntó Damon sabiendo que no debían de separarse, sobretodo si Klaus decidía atacar a Elena.
—Es una fiesta, ¿tu que crees?— Alegó la chica con obviedad mientras se acercaba a la mesa donde estaba el ponche.
