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—Bienvenidos a Chicago.— Dijo Klaus mientras los tres se bajaban del coche.
—¿Qué hacemos aquí?— Preguntó Astrid cruzandose de brazos.
—Se que le encantaba a Stefan esta ciudad, rememora tus días dorados de destripador.— Respondió Klaus mirando al menor de los Salvatore.
—Apenas los recuerdo, mucha sangre y muchas fiestas. Los detalles son borrosos.— Respondió sin recordar mucho de aquella época, lo que recordaba mejor fueron los años posteriores.
—Es una auténtica lástima, los detalles crean la leyenda.— Comentó Klaus fingiendo estar decepcionado.
—Como todos los cuerpos que hizo desaparecer.— Puntualizó Astrid poniendo los ojos en blanco.
—No todos los encontró la policía.— Alegó Stefan haciendo que Astrid la mirase con obviedad.
—¿Quien te crees que evitó eso?— Preguntó la chica encarnando una ceja.
—Lexi y tu.— Asumió Stefan haciendo que esta sonriera en señal de que así era.
—En esa época, Chicago era mágico.— Le explicó Klaus a Stefan rememorando los gloriosos años veinte.
—Sí tu lo dices, me lo creo. Ya te he dicho que apenas lo recuerdo.— Insistió Stefan sin entender cómo es que Klaus sabia tanto sobre él y su estancia en Chicago.
—Pues a trabajar.— Respondió el híbrido con obviedad.
—¿Por qué me retienes? Nos divertimos, tus híbridos fallaron, ¿no quieres pasar página?— Inquirió el vampiro sin comprender nada de lo que estaba ocurriendo.
—Vamos a ver a mi bruja favorita, si alguien puede ayudarnos con los híbridos es ella.— Respondió el Original saliendo de aquella especie de sótano.
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—Te suena, ¿no?— Inquirió Klaus al ver la expresión de Stefan al entrar en el bar de Gloria.
—Me sorprende que aún siga en pie.— Admitió el vampiro sorprendido.
—No puedo creérmelo.— Sonrió la bruja al ver aparecer allí a los tres.
—Esto es un híbrido que entra a un bar y le dice a la camarera...— Empezó a decir Klaus.
—Para, puede que seas invencible, pero no eres gracioso.— Le interrumpió Gloria evitando que contará un horrible chiste.
—Gracias, alguien con sentido común.— Suspiró Astrid aliviada.
—Astrid, me alegro de verte.— Sonrió la bruja haciendo que la híbrida la devolviera la sonrisa. —Me acuerdo de ti.— Comentó centrando su mirada ahora en Stefan.
