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—¿Vienes a romperme el cuello otra vez?— Le preguntó Damon a su hermano. —Por que hoy me siento totalmente inofensivo y créeme que no hay ningún peligro en soltarme.— Añadió mientras Stefan le daba un vial con sangre que le tiró a través de la rendija de la puerta. —Venga ya, ¿enserio?— Inquirió esperando una respuesta por su parte. —Me dejaste sin gota de sangre, te pago una bolsa o lo que sea.— Le pidió. —Me muero de sed.— Se quejó, haciendo que Stefan pusiera en la rendija una botella de agua. —No es lo que tenía en mente.— Admitió mientras Stefan se hacía a un lado al mismo tiempo que Klaus se acercaba a la puerta.
—Hola, amigo.— Sonrió Klaus a Damon, haciendo que este les mirase, a los dos, confundido.
—¿Qué estáis haciendo aquí?— Preguntó el mayor de los Salvatore mirando a los dos híbridos.
—Venimos de niñeras.— Respondió Astrid de mala gana.
—Darle un vial de sangre cada dos horas para que no se reseque.— Les informó Stefan. —Si recupera mucha fuerza o no se, si os molesta, desangrarlo otra vez.— Sugirió haciendo que Klaus sonriera al escuchar que tenía libertad para torturarlo.
—¿Me dejas en sus manos?— Preguntó Damon sorprendido. —¿Es tu venganza?— Preguntó de nuevo esperando una respuesta por parte de su hermano que nunca iba a llegar. —Sigue cabreado por qué me acosté con Elena.— Asumió al ver su comportamiento.
—¿Estas seguro de eso?— Preguntó Klaus con duda. —Por que le he pillado intentando huir de la cama de Rebekah está mañana, así que yo diría que ha pasado página.— Añadió el Original sorprendiendo a Damon con sus palabras.
—Vaya, vaya.— Comentó. —¿Has arrancado una página de mi manual de venganzas sexuales, hermanito?— Preguntó Damon sorprendiendo por el comportamiento que estaba teniendo su hermano.
—Bueno, por qué no disfrutais un rato compartiendo maldades.— Sugirió Stefan mirando a Klaus y a Damon. —Te avisaré cuando consiga la daga de Rebekah.— Añadió mirando a Klaus.
—¿Y yo tengo que quedarme aquí?— Preguntó Astrid molesta de que la hubieran llevado, casi, arrastras hasta allí.
—Teniendo en cuenta que quieres evitar que demos con la cura, mejor que estés vigilada.— Respondió Klaus mientras la dedicaba una sonrisa, haciendo que la chica pusiera los ojos en blanco mientras se apoyaba en la pared, sabiendo que era una perdida de tiempo intentar librarse de aquella, aparentemente, tortura.
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—Nada de esto habría pasado si hubieras hecho bien tu trabajo, estaba dispuesto a dejarte entrenar a Jeremy.— Le dijo Klaus a Damon, el cual tenía la oportunidad de irse ya que tenía la puerta abierta, pero sino lo hacía era porque tenía de guardias a dos Originales con muy mal carácter.
