Todos se lamentaban por ti.
Pero a nadie le importabas realmente.
A nadie le importaban tus razones.
Los cortes que habían en tus muñecas
cuando decidiste saltar.
Todo lo que habías soportado
antes de saber
que era suficiente.
Pero a mí me importaba.
Me importó siempre.
Y ahora sé.
Cómo te sentías.
Lo que se siente.
Que a nadie realmente le importen,
tus razones.
Que nadie le importe,
si tu sonrisa es falsa o no.
Que por mucho que te digan que es así,
a nadie le importe realmente,
si estás casi al borde del abismo.
Tal vez a alguien le importe.
Sólo a una persona.
Y jamás lo sepas.
Como tú nunca lo supiste.
Tal vez al último momento,
te enteres que a esa persona le importas.
Pero ya sea demasiado tarde,
para arrepentirte.
Pues ya diste un paso.
Y el borde terminó.
Y esa persona.
Intentando evitar que cayeras,
se acercó a ese borde.
Y ahí va a permanecer.
Pensando que aún puede sacarte.
Mientras en realidad,
él está intentando acompañarte.

ESTÁS LEYENDO
Entre páginas
De TodoÉramos tú y yo. Ahora sólo quedo yo. Sola entre páginas. Sola entre estas páginas que jamás llegarás a leer.