Sola.
Siempre estuve sola.
Y nunca noté,
a las muchas personas,
que estaban a mi lado.
Pues muy pocos me veían,
como en realidad era.
Con las lágrimas.
Las voces en mi cabeza.
Los cortes.
Y los gritos en la oscuridad.
Pocos veían.
A la chica,
que rogaba que alguien,
caminase hacia ella
y la abrazase.
Le dijese,
que todo estaba bien.
Que le susurrase al oído:
Ese estoy aquí,
que tanto necesitaba.
Pero nadie lo hizo.
Y nadie me salvó.
De ese inmenso abismo.
Que veía diariamente.
Y que me sonreía,
diciéndome,
susurrándome,
que si saltaba,
todo acabaría.
Que él me esperaría al fondo.
Con los brazos abiertos.
Para darme ese abrazo,
que nadie nunca me había dado.
Y tal vez debía creerle.
Tal vez...
Sí, tal vez.

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Entre páginas
AcakÉramos tú y yo. Ahora sólo quedo yo. Sola entre páginas. Sola entre estas páginas que jamás llegarás a leer.