Lloré lágrimas amargas.
Sola en mi habitación.
Mientras hablaba,
con una de las personas,
que más admiraba.
Lloré lágrimas amargas.
Porque era la primera vez.
Que le decía a alguien
lo que había detrás de mi sonrisa
que era tan falsa.
Y luego,
lloré aún más.
Porque para evitar
que alguien más saltase.
Me condené a vivir al borde,
sin poder saltar.
Porque hay promesas
que no se rompen.
Y porque si debía elegir.
Entre morir.
O dejar que alguien viviese.
Iba a elegir que alguien viviese.
Porque esas palabras.
Sólo esas palabras.
Destruyeron la única esperanza
que me quedaba
de volver a tu lado.
"No podrás saltar,
si yo no he saltado primero.
Prométeme que no saltarás,
hasta que yo no te diga que saltaré".
¿Por qué habré aceptado?
¿Por qué le habré prometido eso?
¿Por qué habré elegido vivir...,
a perder a alguien más?
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Entre páginas
AcakÉramos tú y yo. Ahora sólo quedo yo. Sola entre páginas. Sola entre estas páginas que jamás llegarás a leer.