🎙️|C A P Í T U L O 6

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Malaika

—¿Sucede algo?—pronuncia Milán a mi lado.

Sonrío falsamente y niego con la cabeza.

Me quedé mirando a la nada cuando la película se está reproduciendo pero la realidad es que esta situación me hizo recordar lo bien que nos la pasabamos Henry, Artemis y yo antes de todo. A pesar de que yo era la menor de los dos, la mayoría del tiempo me integraban.

Es un momento bastante sentimental para estar viendo una película erótica con dos hombres a mi lado.

Sonrío al recordar el pasado.

Era una niña loca por el romance en los libros y películas, desesperada por vivir el cliché que tanto me hacía sentir en los libros. Esa era una de las razones por las cuales desarrollé una especie de "Crush" con Artemis, era el mejor amigo de mi hermano y en ese momento veía potencial para una gran y caótica historia de amor prohibido.

Pero entre tanta ficción, la vida me dio un duro golpe de realidad.

Las mariposas en el estómago al leer de fueron, la emoción por un libro nuevo se esfumó y de un momento a otro ya no disfrutaba los libros, simplemente leía frases...

A veces sólo extraño esa inocencia y esa burbuja de ficción romántica en la que vivía.

En la parte más caliente de la película me engancho por completo, miro la pantalla concentrada pero Artemis comienza a ponerse incómodo. Aprieto mis piernas por debajo de la manta y siento un escalofrío que me recorre todo el cuerpo.
Mi pecho comienza a subir y bajar con más intensidad de la debida, cometo el maldito error de girar mi cabeza hacia el costado y encontrarme con la mirada de Artemis clavada en mí.

Ambos nos observamos de una manera intensa hasta que decido cortar el contacto visual.

—Apuesto a que te verías genial siendo la protagonista de esa Película—pronuncia serio.

Todo el cuerpo se me tensa y su tono de voz me altera aún más, ni siquiera si inmuta por lo que acaba de decir.

—Tal vez—respondo mirándolo a los ojos—. Nunca lo sabrás...

Al soltar la última frase lo veo esbozar una sonrisa cargada de seguridad, de esas típicas sonrisas pícaras de Artemis que significan que solo le has dado un objetivo al que está dispuesto a alcanzar.

Por alguna razón un sabor amargo me invade y no puedo dejar de pensar en lo destructivos que somos los humanos...

Destruimos el amor.

Destruimos a las personas.

Destruimos corazones.

Nos destruimos nosotros mismos.

Porque eso somos, destrucción. No importa si es de manera intencional o no, el fin es el mismo.

Artemis destruyó por completo a una niña que juraba amarlo y que estaba enamorada de él desde que tenía uso de razón. Él destruyó una familia, una amistad y tres vidas...

A veces tenerlo tan cerca me provoca odio, asco y repulsión. Otras veces sólo veo al antiguo Artemis, al atractivo mejor amigo de mi hermano. Pero otras simplemente lo miro y no puedo evitar preguntarme...

¿Valió la pena joderlo todo por esto?

Fama, dinero, reputación...

Pero supongo que jamás tendré esa respuesta.

—¿Tú dices?—responde provocativo.

Henry aparece saltando a mis piernas y su peso me hace soltar un quejido.

Eterna condena Donde viven las historias. Descúbrelo ahora