🎙️|C A P Í T U L O 20

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Malaika

Cuando estás a punto de cometer un error lo primero que piensas "a la mierda, la vida es una"  pero esa frase es la culpable de muchas cagadas. Luego está el momento en que ya cometiste el error y toda la avalancha de emociones comienza a atormentarte junto a esos pensamientos jodidamente destructivos que te obligan a cuestionarte todo.

Voy en esa segunda etapa.

Artemis se quedó a dormir y luego de una intensa y caliente noche toda la culpa me ha venido a fastidiar.

Lo único que pude hacer es levantarme antes de que él despierte y darme una larga ducha para despejar mi maldita mente, tengo un nudo en el estómago que no me deja en paz. No tuve que haberme dejado llevar, por una maldita noche de sexo he cometido un gran error.

Joder, no, solo estaba vulnerable y necesitaba distraerme, y él lo hizo. Sólo eso fue.

Me hago una coleta alta con un moño mientras me observo en el espejo del baño en completo silencio, me puse un vestido de mangas largas de color azul marino y algunos detalles de flores en blanco que le dan cierto toque a mi color de ojos.

—¿Malaika?—pronuncia Artemis en un tono adormilado.

Trago grueso mientras termino de colocarme el labial rojo y decido salir del baño fingiendo una sonrisa.

Él está sentado en la cama, lleva puesta solo su ropa interior y puedo sentir como mi piel se eriza en cuanto veo su torso desnudo.

Esboza una puta y adictiva sonrisa ladeada.

—Te ves sexy —expresa en un tono ronco.

Trago grueso y sonrío falsamente mientras trato de evitar su mirada caminando hacia la mesita de luz para tomar mis cosas. Siento su mirada puesta en mí y trato de ignorarlo pero segundos después siento su mano tomar la mía con un leve tirón que me lleva a caer encima de él justo a la cama.

Nuestras miradas se encuentran y aunque quiero fingir mi expresión es la más fría y sin emociones que puedo tener, Artemis me observa con sus ojos brillantes y una sonrisa hermosa que quizás nunca antes se la había visto pero hay una maldita herida dentro de mí que arde cada vez que quiero siquiera preguntarme si lo que siento por él es solo odio.

Lamo mis labios.

Su mano se desliza por mi rostro y acaricia mi mejilla, automáticamente mis ojos se cierran ante su tacto y me siento como un perrito al que le están dando cariño.

—¿Me follas y luego pones esta fría barrera entre nosotros?—me dice y aunque intenta que suene divertido sé que lo dice con total sinceridad.

Mis ojos se encuentran con los suyos y una vez más ese extraño silencio se vuelve una forma de comunicación entre nosotros.

—Tengo que ir a la productora, estoy muy atrasada con todo y he estado actuando como una idiota desde que entré —le digo rápidamente.

Él traga saliva y se incorpora para verme mejor.

—¿Acaso ese jefe tan malvado que tienes te va a regañar?—expresa con ironía.

Sonrío.

Es un idiota.

Toma mi mentón con su mano y sin darme tiempo a nada me besa delicadamente, sus labios vuelven a tocar los míos y todas las emociones se vuelven a alterar dentro de mí. Le sigo el beso pero justo cuando estoy perdiendo el control me separo y me alejo poniéndome de pie.

—Debo ir Artemis—expreso recomponiéndome.

Traga saliva y asiente.

Se levanta de la cama y mientras comienza a vestirse con la ropa que trajo ayer en el evento tomo mis cosas y me salgo de la habitación, el nudo en mi garganta crece cada vez más y me siento como si mi cuerpo fuera una completa prisión.

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⏰ Última actualización: Sep 27, 2022 ⏰

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