Bloody Box [Bkdk]

☠ XXI ☠

Llevaba ahí horas, o tal vez solo minutos.

Su cuerpo dolía como los mil demonios. Estaba hecho bolita bajo las pesadas cobijas y trataba de abrir los ojos que siempre se volvían a cerrar con pesadez.

Katsuki, como todos los días, había ido al trabajo y esta vez no lo despertó para darse una ducha. Agradecía ese gesto, pues no creía poder levantarse, ni siquiera moverse, de ahí.

Suspiró profundamente, tratando de ignorar el dolor punzante de su abdomen. Estiró por primera vez su cuerpo y asomó sus ojos sobre las colchas, frunció el ceño al recibir repentinamente la leve luz que traspasaba las gruesas cortinas del salón.

Se quedó quieto unos segundos, pensando en qué hacer. Podría quedarse ahí y dormir de nuevo, podría bajar las escaleras y acostarse en la alfombra para volver a dormir o podría bajar las escaleras y acostarse en el sofá... para volver a dormir.

Todas sus opciones se resumen en eso y esperaba que Katsuki llegara temprano como el día anterior, para al menos tener más tiempo con él y hacer diferentes cosas.

Sin darse cuenta, sus ojos volvieron a cerrarse para hacer que cayera en el profundo mundo de los sueños. Ni siquiera se destapó para no sudar, no se acomodó en una mejor posición ni revisó la hora, solo se sumergió en ese silencio sepulcral del departamento por largas horas.

Sintió como lo movían levemente, apretó los labios y gruñó levemente.

-Deku -escuchó a lo lejos esa voz gruesa que ya conocía perfectamente -Deku despierta, vamos afuera.

Esas palabras hicieron que una pequeña chispa de emoción se hiciera presente en él. Abrió un poco sus ojos y miró hacia arriba, dónde estaba el rostro de su novio.

-¿Cómo? -preguntó con voz rasposa.

-Vamos a pasear un poco -susurró con una sonrisa dulce -Vístete.

-¿Qué pasa con las cámaras del edificio? -preguntó preocupado, se levantó lentamente y soltó el aire que había contenido al moverse.

-Soborné al guardia -explicó y caminó al armario, sacando ropa suya y lanzándola a la cama, junto a Izuku -Ponte esto, tienes que cubrirte bien.

-Sí -aceptó, se sentó en la orilla y trató de quitarse la playera que llevaba puesta -Auch.

-Mierda, te ayudo -gruñó y tomó la orilla de la playera para después levantarla -Me pasé ayer, lo siento.

-No te preocupes -sonrió suavemente y metió su cabeza por la playera que Katsuki le extendía -Se que no querías hacerme daño, solo debía entender que me equivoqué.

-Así es, amor -dejó un pequeño beso en su frente y siguió cambiando al menor.

Cuando al fin estaba cubierto, tapando su cara con un cubrebocas y el gorro de la sudadera, bajaron las escaleras y caminaron hacia la salida.

Izuku jugaba con los dedos de sus manos, tronandolos de vez en cuando y contando los pasos que daban. Su respiración era pesada. Evidentemente estaba nervioso, saldría por primera vez en dos o tres meses.

-Tranquilo -escuchó al mayor murmurar -Solo saldremos a caminar por ahí, nadie te verá.

-Ok -suspiró y sonrió de nuevo, asintiendo decidido.

Sus ojos brillaron cuando vio la mano del cenizo girar la perilla y dar paso a la luz artificial del pasillo. Se tomaron de la mano y el mayor se asomó para asegurarse de que no había nadie, para después jalar al más bajo y sacarlo de ahí.

El corazón del pecoso latía con fuerza, espero a que el cenizo cerrara con llave y comenzará a caminar hasta el final del pasillo.

Bajaron las escaleras y salieron del edificio. El cielo estaba cubierto de nubes y poco a poco se volvía más oscuro debido al anochecer.

-¿A dónde vamos? -preguntó en un susurro, como si no quisiera que nadie lo notara.

-Solo vamos a caminar por ahí y compraremos algo de comida en la tienda.

-Ok -aceptó feliz de poder pasar tiempo con él oji rubí y poder salir aunque sea unos minutos.

El aire era fresco y soplaba de vez en cuando, enviando escalofríos al peliverde.

-

Pasaron un par de horas, Izuku estaba feliz a pesar de que su cuerpo aún dolía por la golpiza del día anterior. Estaban sentados en una banca frente a la tienda más cercana al departamento de Katsuki.

El pecoso abrazaba la bolsa de las compras y tarareaba una canción que se escuchaba de fondo.

-¿Tomamos una foto? -Ofreció el más alto.

-Pero tengo muchos moretones -trató de negarse, no quería salir feo en su primera foto junto a su novio -No me voy a ver bien.

-Solo yo la veré -sonrió -No creo que te veas mal, eres muy bonito incluso estando golpeado -acarició con delicadeza la mejilla del menor por sobre la tela del cubrebocas.

Su rostro ardía, los cumplidos que le decía, siempre provocaban ese tipo de reacciones en él.

-Bueno -aceptó avergonzado y dudó en quitarse el cubrebocas.

-No te preocupes, no hay nadie cerca -lo animó mientras sacaba su teléfono y activaba la cámara.

Izuku se sobresaltó al sentir cómo el cenizo lo sostenía fuertemente de la cintura y lo pegaba a él. Retuvo el aire en sus pulmones para evitar soltar un quejido de dolor y sonrió algo incómodo. Levantó la vista a la pantalla del celular de Katsuki.

-Eres muy lindo -dijo después de tomar la fotografía y revisar cómo había salido -Por cierto... ¿Cuándo dijiste que era tu cumpleaños?

-Quince de julio -respondió mientras se levantaba de la banca para seguir al mayor -¿Por?

-¿Quieres que te lleve al bar para festejar? -propuso.

El corazón de Izuku dio un vuelco de emoción y asintió efusivamente e inconscientemente apretaba la bolsa de plástico que traía en sus brazos.

-Y... -se detuvo unos segundos a considerar si era buena idea pedirle un favor -¿Puedes comprarme un capuccino o un caramel macchiato de la cafetería del centro?

Tragó saliva al sentir la intensa mirada del contrario y pensó de inmediato que no estaba en posición para pedir algo cuando prácticamente era un puto mantenido que solo dormía durante todo el día.

-Ok -siguió caminando, aceptando la petición del peliverde.