Bloody Box [Bkdk]

☠ V ☠

Las vacaciones de invierno fueron tan largas y a la vez tan cortas, sus amigos lo invitaron varias veces a salir, ir a una cafetería, jugar en la nieve, ir a patinar a la pista de hielo y todas las típicas actividades que un grupo de amigos podría hacer, pero no él.

Les evitaba, no quería salir con nadie, solo quería estar solo y en paz.

En ningún momento entró a la bandeja de mensajes, no contestaba a nadie, después se justificaría diciendo que su celular se había descompuesto.

Cuando se sentía abrumado solía salir a su cafetería preferida, se encontraba en el centro de la ciudad, era cálida y acogedora. El personal del lugar ya lo conocía desde tercero de secundaria, solo entraba al establecimiento, saludaba a la cajera, se dirigía a su mesa favorita junto al gran ventanal y sin tener que esperar mucho ya le estaban llevando un chai latte.

- ¿Podrías traerme un cappuccino?

-Claro.

Cuando el chico se alejó, suspiró y tomó un pequeño sorbo de su bebida mientras miraba hacia afuera.

Al día siguiente empezaba el cuarto semestre y esta vez tenía la esperanza de poder acercarse más a Katsuki. La última vez que hablaron fue cuando le echó en cara sus sospechas y muy probablemente no volvería a recurrir a las cajas.

Como lo esperaba, al día siguiente de esa discusión alguien más fue reportado como desaparecido, le parecía ridículamente imposible que las autoridades no hayan encontrado ni una pista que los lleve a sospechar del rubio.

-Tiene a alguien dentro de la policía -murmuró una vez que llegó a su conclusión -Estúpido, ni siquiera sé si es el responsable.

Cuando estuvo lo suficientemente relajado, hasta el punto de casi dormir en el pequeño sofá individual donde se encontraba sentado; tomó el cappuccino que no había tocado en todo ese rato, se levantó y se acercó a la cajera para pagar la cuenta.

-Ten un lindo día, Izuku -se despidió la chica con una sonrisa deslumbrante y atendió al siguiente en la fila.

El peliverde se despidió de igual forma y salió de la cafetería, acomodó su chamarra y guardó una de sus manos en los bolsillos de esta.

Hacía más frío de lo normal pues la nieve comenzaba a derretirse.

Después de unos minutos de estar caminando por las calles solitarias (algo normal en esos días tan fríos) pudo ver a un grupo de chicos apoyados en un Dodge Challenger 2018 color negro, no les toma mucha importancia pues estaba a una cuadra de llegar a su edificio y no podía tardar mucho más para no preocupar a su madre.

Cuando pasó frente a esos tipos, siente cómo es jalado hacia ellos y se alarma, tanto que con un movimiento ágil logra quitar la mano que lo sostenía y torcer el brazo de quien sea que lo haya tomado, tirando su cappuccino en el proceso.