☠ XVII ☠

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-¿Y ahora por qué llegas golpeado? -preguntó la mujer regordeta, viendo a su hijo llegar con la mejilla morada

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-¿Y ahora por qué llegas golpeado? -preguntó la mujer regordeta, viendo a su hijo llegar con la mejilla morada.

-Me pegaron, en obvio -rodó los ojos, y por un momento se imaginó cortando el cuello de la mujer que lo parió.

-¿En qué estás metido?

Izuku pasó de largo, decidió ignorarla, pues al día siguiente, sábado, se escaparía con Katsuki, irían a comer con los chicos y después al departamento del mayor.

Estaba emocionado, pasaría todo el día con el rubio y probablemente harían cosas que jamás se imaginó hacer con alguien más.

Entró a la cocina y se hizo una avena, no tenía apetito.

-No pienses en salir mañana -recalcó que estaba castigado.

El pecoso no respondió y siguió en lo suyo, terminó de comer, subió a su habitación y vació su mochila.

Comenzó a acomodar ropa, pues no pensaba volver con su madre, sabía que tarde o temprano acabaría con su paciencia igual que lo hizo Shoto y de ser así, terminaría con su vida y no habría oportunidad de zafarse de eso como con los secuestros.

Pasó la noche y a primera hora de la mañana recibió un mensaje de Katsuki, avisando que ya estaba fuera del edificio.

Salió en silencio con su mochila, Inko seguía dormida y no quería despertarla.

Una vez fuera, caminó tranquilo por los pasillos, bajó a la primera planta.

-Hola -saludó con una sonrisa al rubio y le dio un beso rápido.

Katsuki tomó la mochila y la aventó hacia atrás, sonrió levemente y echó a andar el auto.

-Deku -lo llamó, haciendo que volteara a mirarlo -Ten.

Extendió una cajita roja, Izuku la tomó entre sus manos y la abrió, dentro, había una arracada de acero inoxidable en color negro.

-Ya se curó por completo, ¿Verdad? -volvió a hablar.

-Sí -respondió -Gracias Kacchan.

El peliverde dejó la cajita en sus piernas y dirigió sus manos al pendiente que tenía puesto, lo quitó y después se colocó el nuevo.

-Se me ve bien -dijo mirándose con la cámara de su celular.

-Todo se ve bien en ti.

Izuku se sonrojó ante la respuesta del mayor, se acomodó en su lugar y sujetó con algo de fuerza la cajita donde le había entregado el regalo.

-Todavía no puedes cambiar el tuyo -dijo más como una interrogante.

-No, aún no.

Un silencio cómodo reinó dentro del carro, llegaron al bar y pasaron casi todo el día ahí.

Bloody Box [Bkdk]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora