☠ XX ☠

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Soledad

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Soledad.

Esa soledad que rápidamente se había convertido en su más fiel compañero comenzaba a cansarlo. Esa se había vuelto su rutina, despertar con Katsuki, bañarse, esperar en soledad hasta que llegue la hora de llegada del oji rubí, cenar y tener sexo.

Ahora estaba frente a la puerta de salida, tentado a abrirla y salir de ahí aunque sea unos pocos minutos.

Se alejó de ahí y dio vueltas en el lugar solo para terminar de nuevo frente a ese trozo de madera que se veía tan irresistible. Suspiró y tomó la manilla, su brazo temblaba y su cabeza iba mil por hora, analizando todas las posibilidades que podrían pasar en segundos.

Enumeró cada uno de los caminos que podría tomar el simple hecho de abrir esa puerta, pero nunca se le ocurrió qué pasaría algo fatídico sin siquiera haber girado su muñeca.

La puerta se abrió, empujándolo hacia atrás y haciendo que tropezara casi tirándolo al suelo. Katsuki había llegado antes que todos los días, cargaba bolsas negras y se veía feliz, eso, hasta que se dio cuenta de lo cerca que estaba el peliverde de la salida.

Sin decir nada, dejó caer las bolsas y cerró violentamente la puerta.

-¿Qué mierda haces ahí? -preguntó, aguantando las ganas de gritar. Se notaba el enojo en su mirada.

-Y-Yo -se alejó un poco, el cenizo nunca le había hablado de esa forma -Pues...

-¿Ibas a salir? -caminó firme hacia el pecoso.

-N-No

-¿¡No!? -lo tomó por el cuello de su playera -¡No tienes nada que hacer ahí!

-¡Perdón! -lagrimas comenzaban a acumularse en sus ojos y se esforzaba por no subir demasiado su tono de voz, podrían escucharlos -No iba a salir, lo juro.

-¡Mientes! -lo jaló con fuerza hacia el salón y lo tumbó al piso -¡Te puse condiciones para estar aquí y no las cumples!

-¡Kacchan!

Los golpes empezaron a llegar directo a su estómago y algunos a su cara. Trataba de cubrirse, pero era imposible, Katsuki era fuerte y ágil para los golpes. Empezó a llorar y no trató de forcejear en ningún momento. Los segundos se hacían eternos bajo esa lluvia de puñetazos, no sabía cuánto llevaban ahí.

-Por favor para -sollozó -Ya no me pegues Kacchan, fue mi error.

Un par de puñetazos más fueron suficientes para que al fin se detuviera. Se colocó sobre él y lo tomó de los cachetes con fuerza, haciendo que lo viera directo a los ojos.

-Sí me vuelves a desobedecer esto y más te voy a hacer -escupió con odio -¿¡Entendido!?

Asintió con los ojos fuertemente cerrados. No quería ver a Kacchan molesto -S-Sí, perdón, perdón.

Bloody Box [Bkdk]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora