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[pasado]

Un nuevo ciclo escolar había comenzado hacía apenas dos semanas, el segundo año en la academia para Izuku Midoriya.

-Al fin pusieron techo en las gradas -dijo entusiasmada su mejor amiga, Ochako Uraraka -Ahora podemos sentarnos sin que nos queme el sol.

-Al fin algo positivo, las clases llevan siendo sumamente aburridas desde que entré a la academia -se quejó el chico bicolor a su lado, Shoto Todoroki.

-Shoto, que tú hayas tomado clases en casa durante toda tu vida y que vayas muy adelantado en las materias -lo señaló con el índice -no significa que tengas el derecho de criticar nuestro nivel educativo.

-Yo no he criticado a nadie, Uraraka.

-¡Que me digas Ochako!

-Cálmense por favor -intervino un peli azul con lentes, Tenya Iida -No quiero que nos vuelvan a llamar la atención por tanto escándalo.

-Primero que nada, estábamos en la cafetería, por eso ya no nos dejan entrar -enumeró la castaña - y segundo, no fue para tanto.

Todo el ruido se volvió distante, el peliverde miraba a su alrededor como todos los días, pero sentía que había algo diferente.

A lo lejos, vio cómo un joven rubio cenizo salía por la puerta trasera de la biblioteca escolar, llevaba cajas de cartón en un carrito transportador color azul marino.

Nunca lo había visto hacer eso, normalmente no salía del edificio a la hora del receso y las pocas veces que lo veía solo era cuando salía al baño o cuando los profesores lo mandaban a hacer algún mandado, obviamente todo esto durante horas de clase.

Lo siguió con la mirada hasta que se perdió en el edificio A, dónde era la entrada peatonal, las cajas para pagar colegiaturas y algunos salones de carrera.

- ¡Izuku! -le gritó el bicolor a la vez que le daba un golpe en la nuca - ¿Qué te sucede?

- ¿Por qué a él sí lo llamas por su nombre? -cuestionó la castaña, siendo olímpicamente ignorada.

-Lo siento Shoto, ¿Me hablaban?

-Uraraka te preguntaba si ibas a comer tu sándwich.

-Ah -pensó durante unos segundos para luego acercarlo a su amiga -No, puedes tomarlo.

-Izuku, debes comer correctamente -lo regañó Iida alejando la comida de la chica -Come tú.

-No tengo hambre -volvió a extender el topper.

-Pero nunca comes, te hará daño.

-Tenya, cuando esté en casa comeré, no te preocupes.

Cuando menos lo esperaba ya estaba en la cocina de su casa y preparaba la comida junto a su madre.

- ¿Cómo te fue hoy, hijo? -preguntó la señora peliverde mientras sofreía las verduras.

-Aburrido -contestó sin mucho interés - ¿Sabes? A pesar de ser una de las escuelas más conocidas y de renombre, creo que no tienen el nivel que dicen tener.

-Una pena, aunque podría estar mucho peor, como tú secundaria -le dedico una sonrisa cálida -además, tú eres sumamente inteligente y por eso mismo te parece más fácil que tus demás compañeros.

-Bueno, razón no te falta.

La señora regordeta soltó una carcajada, le alegraba que su hijo iba mejorando en su actitud y ya no se despreciaba como hace unos meses.

- ¿Papá llegará tarde de nuevo?

-No -se giró hacia su hijo -De hecho, ya viene hacia acá.

- ¿Cómo? Nunca había -fue interrumpido por su padre, que anunciaba su llegada a la casa.

- ¡Estoy en casa!

-Hisashi -lo llamó la mujer -Que bueno que estás en casa.

Un hombre pálido con leves ojeras, pecas en sus mejillas al igual que su hijo y cabello negro azulado igual que sus ojos entró a la cocina con una sonrisa.

-Familia, les tengo una noticia y espero me ayuden a tomar la mejor decisión.

- ¿Nos estás tomando en cuenta? -preguntó el pecoso menor con sorpresa.

- ¡Izuku! -lo regañó su madre.

-Perdón -se disculpó solo por el regaño de Inko - ¿Qué es?

-Primero comamos.

Al terminar de cocinar, sirvieron la comida rápidamente para evitar que se enfriara y comenzaron a comer. Los minutos pasaron en silencio, Inko se sentía feliz pues, era la primera vez que comían juntos en mucho tiempo; Izuku se encontraba incómodo, no estaba del todo acostumbrado a la presencia de su padre, normalmente solo eran su madre y él; por último, Hisashi, estaba nervioso, no sólo por la mala mirada de su hijo, sino, que también por la noticia que les tenía que comunicar.

- ¿Entonces? -cuestionó Izuku - ¿Qué era lo que tenías que decir?

-Ah -carraspeó a la vez que se acomodaba en su asiento -Bien, me ofrecieron un trabajo en el extranjero.

El silencio gobernó por largos y tortuosos segundos, los peliverdes de la casa solo desviaban la mirada cuando el azabache los observaba, esperando alguna respuesta.

-Quiero que me ayuden a tomar una decisión -habló después de aceptar que no dirían nada.

-Entonces vete -dijo el menor sin mirarlo -De todas formas, nunca estás en casa.

-Izuku -murmuraron sus padres.

-Además seguro te ofrecen más dinero, es un ganar para todos -terminó de hablar para después retirarse hacia su habitación.

No salió después de eso, pero, no se sentía dolido, ni enojado o feliz, simplemente le daba igual. Estaba acostumbrado a estar rodeado de personas y al mismo tiempo estar solo, no porque ellos no lo quisiesen, sabía perfectamente que él mismo se encerraba; una persona menos a su alrededor no haría diferencia.

Estaba exhausto, el día había sido extrañamente pesado.

Bloody Box [Bkdk]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora