Bloody Box [Bkdk]

☠ VII ☠

-Lo hiciste -el rubio cenizo golpeó la mesa con su puño - ¿Qué le dijiste?

Izuku se sobresaltó al ver la mirada penetrante del mayor, esos ojos que parecían estarlo cortando en pedacitos.

-Y-yo.

-Katsubro, cálmate, Izuku seguro tiene una explicación.

-No quería contarle a nadie más sobre mi teoría -levantó las manos a la altura de sus hombros -Shoto me obligó a hablar porque él sospecha de mí.

-Nosotros no tenemos nada que ver en esta mierda -habló el rubio mientras se recargaba por completo en la silla.

-Entonces no tienen que ponerse así, no tienen nada que ocultar.

-En vez de estarlo contando a todo el mundo -Eijiro volvió a tomar la palabra - ¿Por qué no nos reportas?

- ¿Qué carajo? -Katsuki reclamó y se enderezó casi de inmediato.

-No... -guardó silencio -No quiero hacer eso.

- ¿Por qué? -preguntaron al unísono.

-Mi vida es demasiado aburrida como para que lo único interesante que ha pasado a mi alrededor se termine -soltó con voz dulce y miraba hacia sus manos que estaban posadas sobre sus piernas -Si ustedes son los responsables, no quiero arriesgarme a que los atrapen.

Nadie dijo nada más durante segundos, o tal vez minutos.

Los mayores se miraban el uno al otro mientras trataban de descifrar si lo que el pecoso decía era verdad, incluso llegaron a discutir en susurros que claramente el pecoso podía escuchar (no del todo claro pues la forma violenta de hablar del rubio no le era de ayuda para entenderlos).

-Bueno, basta -Kirishima se quejó en voz alta mientras terminaba de forcejear con el rubio -No le digas nada a nadie más, ¿De acuerdo?

-Sí, perdón -seguía sin subir la mirada, se sentía realmente apenado o incluso intimidado por ambos, aunque sabía que Eijiro no le haría nada.

-Tranquilo -el pelirrojo se acercó al menor y acarició el cabello de este, revolviéndolo más -Solo no lo vuelvas a hacer y si necesitas algo aquí estamos.

Izuku asintió efusivamente y levantó la mirada para darle una dulce sonrisa, después volteó hacia el rubio que no había dicho más, su ceño fruncido y brazos cruzados podían intimidar a cualquiera, menos a él que sonrió aún más.

Después de despedirse, salió de la biblioteca y se dirigió con sus amigos que lo esperaban ya en su lugar de reunión.

Shoto al verlo caminando tranquilo a la distancia, se relajó tanto que suspiró y se dejó caer hacia atrás, recargando todo su peso en la contrahuella detrás de él (plano vertical o altura de un peldaño).

- ¿Seguro que no te gusta? -preguntaron sus otros dos amigos.

El menor de los Todoroki les dio una mirada fría, tanto que les ocasionó escalofríos -Estoy seguro -respondió y volteó su cara a la dirección contraria - ¿Todo bien?