Bloody Box [Bkdk]

☠ XXII ☠

-¡Espera!

Una vez más estaba siendo golpeado por Katsuki, no entendía por qué. Estaba seguro de que había hecho algo malo, pero no recordaba.

-Kacchan, para, por favor -sollozaba, estremeciéndose ante el impacto de los puños del mayor -Para...

Lo ignoró, ignoró sus súplicas y simplemente siguió hasta cansarse. Se alejó de él y se fue a cambiar de ropa, dejándolo ahí tirado y adolorido.

Lloró en silencio, no se podía levantar como antes. Vió cómo el cenizo bajaba a la cocina y se acercaba a una bolsa de plástico que anteriormente había dejado en la mesa.

Sacó un rollo de cinta industrial y volvió a caminar hasta él. Su corazón bombeó rápidamente y trató de retroceder sin mucho éxito, estaba dolorido por todas partes.

-Kacchan -sollozó -¿Qué vas a hacer?

Se colocó la cinta en la muñeca y lo tomó de los pies, arrastrándolo hasta las escaleras y subiendo sin cuidado. Una vez arriba, lo subió a la cama y le tapó la boca con un trozo de cinta.

Con miedo, solo pudo observar cómo lo amarraba con la cinta y lo dejaba ahí. Esperó alguna explicación, un regaño o algo que le diera alguna pista del por qué de sus acciones, pero no, no recibió nada más que silencio.

Creyó que hizo algo demasiado malo como para recibir la ley del hielo, se volvió loco buscando en sus recuerdos pero no encontró ningúna razón. Se convenció a sí mismo que Katsuki solo había pasado un mal día y se desahogaba con él, los novios estaban para apoyarse y él debía soportarlo, debía ser buen novio.

Sintió el peso del cenizo caer a un lado de él, en el colchón. Giró su cara hacia el mayor, dándose cuenta que este lo miraba con profundidad.

Una leve sonrisa se hizo presente y acarició su mejilla que estaba hinchada -Eres jodidamente lindo -susurró -Debo asegurarme de que no escapes.

Intentó hablar, sin embargo no pudo comunicarse correctamente debido a la cinta en su boca. No podía hacer mucho esfuerzo debido al incesante dolor que sentía en todo su cuerpo.

-No te entiendo una mierda, deja de hacer ruido -apretó sus cachetes, provocando un quejido -Mañana será sábado, pasaremos todo el día juntos.

Asintió feliz, cerrando los ojos y a pesar de no querer, terminó sumergiéndose en el mundo de los sueños debido al cansancio que sentía.

-

Una leve música lo despertó. Abrió los ojos y observó el techo alto del departamento. Intentó levantarse y bajar las escaleras pero se dio cuenta que seguía amarrado de pies y manos, incluso seguía con la cinta en su boca.

Pasaron minutos para que Katsuki subiera las escaleras con un tazón de sopa caliente. La dejó en la mesita de noche a un lado del pecoso y lo ayudó a sentarse, apoyándose en el respaldo.

Arrancó sin cuidado la cinta y se sentó a un lado de él.

-Come -ordenó, acercando la cuchara hacia su boca -No está tan caliente, no te preocupes.

-Gracias, Kacchan -aceptó con gusto el alimento, no había comido en poco más de 24 horas y entendía que debido a mala costumbre de solo cenar, la comida que el rubio le ofrecía no era tan pesada.

Se mantuvieron en silencio durante todo ese rato.

Izuku pensó que al terminar, el mayor lo soltaría y fingiría que no había pasado nada. Estaba equivocado.

Solo lo dejó ahí, amarrado e incómodo.

-Kacchan, puedes... -murmuró con la vista baja y esperando no molestar a su novio -¿Soltarme?

-¿Para? -lo miró con los brazos cruzados -¿Por qué debería hacerlo?

-Ah... Es incómodo y... ah -se quedó sin palabras, su mente estaba en blanco y apretó sus labios -S-Sí quieres no.

-No quiero -bajó las escaleras con el tazón ya vacío y no volvió a subir hasta horas más tarde -Veamos una película.

-Ok -sonrió al tener la atención del alto.

Jadeó un poco al sentir el fuerte agarre sobre él. Katsuki lo había levantado como princesa y lo lanzó al sofá.

-Esta semana de nuevo no habrá carne -se dejó caer a un lado suyo y se estiró para alcanzar el control remoto -Son tiempos duros -suspiró y volteó a verlo.

-Está bien, no nos moriremos de hambre si no conseguimos a alguien -sonrió con dificultad pero de forma sincera -Y... -borró su sonrisa y se detuvo a pensar, una idea descabellada se instaló en su mente y no creía poder dejarla ir -Estoy yo.

Katsuki le devolvió la sonrisa de inmediato al escuchar sus palabras -No te preocupes por eso, tú eres especial.

-¿Lo soy? -su corazón latía con frenesí por la felicidad que sentía en ese momento.

-Sí Deku, eres muy especial -acercó su rostro al contrario y remarcó la palabra "muy" -Así que si llegase a comerte, sería por algo especial.

-Oh... -no se movió, estaba hipnotizado por los ojos color carmín del mayor y por su voz ronca.

¿Será el alimento de su novio? No quería morir, pero... si llegaba a hacerlo, quería servir de algo después. Hasta ese día no lo había considerado como una posibilidad y si llegaba a pasar, quería recibir una recompensa por ello.

-Te doy permiso si... -ladeó su cabeza y una sonrisa juguetona se formó en sus labios -Me dejas probar de tu carne antes de matarme.

-Mmm -unió sus bocas en un beso extrañamente suave para Izuku, ya se había acostumbrado a los bruscos y a veces dolorosos -De acuerdo.

-¿¡Sí!? -La emoción que sentía por esas simples dos palabras era increíblemente alta, no solo había recibido una muestra de afecto bastante dulce, si no, que también podría probar de su carne si se llegase a necesitar.

-Sí, pero no pasará en bastante tiempo.