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Jeon Jungkook

Una vez más lleve mi mirada al reloj que estaba en la oficina de Yoo-sik, suspiré pesadamente al notar que estábamos a tan solo unas horas de que llegara el equipo de rescate.

Era ahora o nunca, porque aquel equipo de rescate significaba nuestra salvación y no teníamos otra opción.

Yoo-sik entro a la oficina y se sentó a mi lado.

-¿Aceptas mi trato? Si no te vas ahora no vas a alcanzar a llegar. No te preocupes por Se-young, creo que ya está aceptando que se quedará conmigo, hoy me beso.

Sentí mi sangre hervir, apreté mis puños, y él me sonrió.

-Creo que ya entiendo tu apego emocional hacia a ella, se vuelve imposible alejarse una vez que sabes que te quiere.

Tenía mil cosas en mi mente que gritarle pero debía guardar la calma.

La puerta fue abierta por el mismo hombre de la vez anterior, el cual inmediatamente le entrego otra caja de cristal que contenía una jeringa.
Y

oo-sik la coloco junto a la otra mientras me sonreía. Cuando el hombre salió la puerta fue abierta nuevamente por una chica que lucía molesta y que no dudo en lanzarse contra Yoo-sik.

-¡Hey, ¿Qué te pasa?!

-¡Volviste a dormirla, deja de hacer estupideces, vas a matarla a ella y a su...!

Yoo-sik le tapo la boca, mientras que yo solo pude pensar en Se-young y mi bebé, me levanté molesto pero Yoo-sik soltó a la chica.

-¡Cierra la boca! Te dije que tenías prohibido entrar a ese lugar.

-Tú no me mandas idiota, harás que pierda a su hija.

-¿Hija? ¿Cómo mierda sabes que es niña?

La chica volteo a otro lado, parpadeó repetidas veces y finalmente salió de la oficina dando un portazo.

-Si algo les pasa te juro que...

-No me jures cosas que sabes que no podrás cumplir.

Salió de la oficina cerrando con seguro al igual que todas las veces anteriores.

...

Estábamos a tan solo una hora de la llegada del equipo de rescate, me levanté decidido a salir de aquí con mi familia.

Comencé a abrir los cajones pero había uno cerrado con candado, comencé a patearlo con fuerza, sabía que estaba haciendo demasiado ruido y temía que me escucharán, pero la verdad es que ya nada podría ser peor que esto.

Se abrió y saque una jeringa con contenido azulado, recordé lo que él hombre le había dicho a Yoo-sik el día que se lo entregó y supe que era la sustancia inmune, la puerta fue abierta por algunos hombres y yo tomé la jeringa apuntandola hacia a ellos.

-¡Es el maldito virus, si se me acercan se los voy a inyectar a cualquiera de ustedes malditos imbéciles!

-Oye tranquilízate, baja eso.

Todos me miraron aterrados y yo pasé saliva, estaba perdiendo los estribos, no tener a Se-young me estaba volviendo loco.
Bajaron las armas, me acerque sigilosamente, tome una de estas, corrí hacia la puerta y la cerré por la parte de afuera para que no pudieran salir.

En cualquier momento Yoo-sik regresaría y se encontraría con este escenario, por ello debía apresurarme.

No sabía a dónde ir, el lugar era enorme mientras que por otro lado la oscuridad no me permitía ver nada, trataba de esconderme pues habían demasiados hombres al rededor, pare cuando ví a algunos comiendo y riendo, estaba desesperado.

"𝑺𝒐𝒃𝒓𝒆𝒗𝒊𝒗𝒆" 𝑳𝒊𝒃𝒆𝒓𝒂𝒄𝒊ó𝒏 🅹🅺Donde viven las historias. Descúbrelo ahora