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Abrí los ojos y lo primero que hice fue buscar a alguien que pudiera ayudarme. Una enfermera se acercó con rapidez a mi y trato de calmarme.

-Quiero ver a mi hija, por favor.

-Tranquila, ya la traeremos.

Asentí, tratando de tranquilizarme, luego de unos minutos ví a la misma enfermera entrar con mi bebé entre sus brazos. Se acercó a mi y me la entregó.

Dios mío, era indescriptible lo que estaba sintiendo, era tan bonita, tan pequeña, tan delicada y frágil, sus rasgos eran tan parecidos a los de Jungkook que supe que sin duda alguna era su viva imagen.

Pase mi dedo por su delicada mejilla, se despertó y comenzó a llorar, me sentí asustada, no quería hacerle daño. La volví a tocar con cuidado y mi sentido de protección me envolvió por completo, es mía, solo mía, una parte de mi y de Jungkook, aquel ser que había estado dentro de mí por tantos meses, aquella pequeñita a la que todas las noches sin falta alguna le cantaba su padre, aquella que fue motivo de tantas alegrías y que nos prometía la esperanza de un hermoso futuro, ahora estaba entre mis brazos y amaba con todo mi corazón el como se sentía.

Por un momento solo eramos ella y yo, solas contra todo lo que el despiadado mundo nos ponía en nuestro camino, sentí el latir de su corazón y comprobé que tal y como decía Jungkook era la bebita más hermosa de todo el mundo, de mi mundo.

Dios, sentí mi cuerpo desfallecer y mi vista nublarse por las lágrimas cuando abrió sus ojos, su mirada era tan dulce como la de su padre, todo dentro de mi se removió, trate de acercarla más a mi, coloque mi mano sobre sus ojos sin llegar a tocarla, únicamente quería cubrirla de las fuertes luces blancas del lugar, la bese con delicadeza mientras me enternecia con los sonidos que hacía, los cuales eran más que hermosos.

-Bienvenida Jeon Hye-jin, mamá y papá te aman.

Sabia que Jungkook era la única persona que me entendería en el como me estaba sintiendo, llore amargamente al recordar que él no estaba conmigo.

-Seguramente tiene hambre.

La enferma me saco de mis pensamientos, voltee a verla y supuse que ella noto que no tenía idea de que hacer.

-Anteriormente se dieron cuenta de que había una sustancia extraña en mi cuerpo, no quisiera que eso afectará a mi bebé.

-Realizaremos los estudios necesarios, hay personas que quieren hablar contigo.

La enfermera se me acercó, por impulso me apegue a mí bebé a mi pecho, no quería separarme de ella, no ahora, ni nunca.

-Debiste sufrir mucho para que no quieras que te la quitemos.

....

Me habían ayudado a ducharme, me sentía demasiado débil, apenas y podía mantenerme de pie. Estaban alimentando a mi bebé con leche de fórmula. Estaba cansada, no podía dejar de ver a mi hija la cual descansaba sobre mi pecho, mire mi mano e inmediatamente me exalte al notar que no traía conmigo el anillo que me había dado Jungkook, la enfermera inmediatamente tocó mi hombro y lo coloco sobre la pequeña mesa que estaba a lado.

-Te lo quitamos por cuestiones de higiene y debido a que después del parto puedes inflamarte.

La puerta fue abierta dejando ver a algunas personas, la enfermera retomó su postura y se acercó a ellos.

-Hace no mucho dió a luz, su estado es muy débil, por favor sean cuidadosos y no la alteren.

Salió de la habitación, entraron dos hombres, y una chica, tenía la vista nublada por lo que no podía distinguir sus rostros.

-Buenas tardes, le haremos algunas preguntas, necesitamos que conteste con la verdad.

Asentí mientras la chica se acercó a mi rápidamente.

-¿Se-young?

Eleve mi mirada hacia a ella pero traía puesto consigo una mascarilla que me impedía verla bien.

-Soy Miso.

Sonreí un poco mientras ella colocaba su mano sobre la mía.

-Pense que jamás volvería a verte y si alguna vez ocurría jamás espere que fuera en una situación así.

Mordí mi labio intentando contener las lágrimas, era demasiado para mí.

-Necesitamos su nombre completo, estado civil, y nombres de posibles familiares.

-Mi nombre es Sul Se-young y estoy casada con Jeon Jungkook.

Sin importar que haya pasado siempre sería la esposa de Jungkook, nada podía cambiar aquello, porque aunque no estuviéramos casados legalmente, en el fondo de nuestro corazón sabíamos que nos pertenecíamos el uno a el otro.

....

No habían creído gran parte de mi historia, pero era lo que menos me importaba, quería dejar de hablar de lo ocurrido y centrarme en mi bebé y en las esperanzas de que Jungkook estuviese bien.

Las preguntas eran repetitivas, estaba hartandome de la situación, por lo que cuando me vieron llorar pararon con todo. Jamás me había comportado así, siempre trataba de dar una imagen fuerte ante los demás, pero estás alturas ya no podía seguir siendo así, le había fallado a Jungkook, la madre de su hija no era más que una mujer que se sentía perdida y temerosa sin él.

Miso se había quedado dentro de la habitación mientras tomando mi mano tratando de reconfortarme.

-Como lo siento Se-young.

Ni siquiera podía articular palabra alguna, me sentía con una responsabilidad enorme combinada con un dolor en mi alma y corazón que no podía describir.

-Intentaré llevarte con tu familia, estoy ayudando a llevar los registros de todas las personas a las que rescatamos.

-Si sabes algo de Jungkook, ¿Podrías avisarme?

-Se-young...Tú sabes que... - Guardo silencio mientras llevaba su mirada hacia a mi hija - Lo haré, tranquila, tienes una bebé hermosa.

Se acercó más a mi, la miro con detenimiento mientras sonreía por lo bajo.

-Se parece mucho a él.

Había escuchado que cuando apenas nacían los bebés era difícil saber a quién se parecería, pero durante todo el embarazo Jungkook me había dicho que estaba seguro de que se parecía a mí, pero en este momento solo quería tenerlo a mi lado, para que con sus propios ojos pudiera ver qué su hija era casi identica a él.

-Se-young, si él estuviera aquí estaría más que agradecido contigo por haber traído al mundo a su princesa, creo que en el pasado tuvimos muchos roces, pero creo que la vida ha hecho que me dé cuenta de lo equivocada que estuve al tratarte tan mal, jamás tuve la oportunidad de agradecerte todo lo que hiciste por mí y de además decirte la mujer tan valiente que fuiste y que sigues siendo. Se que no hay palabras en este mundo que te puedan reconfortar o hacerte sentir mejor, pero no estás sola, ahora tienes a tu hermosa niña y mi apoyo incondicional.






𝓢𝓸𝓸 𝓙𝓮𝓸𝓷




Últimos capítulos...



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"𝑺𝒐𝒃𝒓𝒆𝒗𝒊𝒗𝒆" 𝑳𝒊𝒃𝒆𝒓𝒂𝒄𝒊ó𝒏 🅹🅺Donde viven las historias. Descúbrelo ahora