~Capítulo 8~

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misión de rescate

El rubio eléctrico estaba terminando de atar sus cordones cuando su líder y amigo apareció en la puerta de su habitación.

Kirishima iba vestido de cuero negro y botas industriales a juego; lo que significaba que se haría trabajo sucio esa tarde.

- ¡Uuuh! ¿a quien se tortura hoy o qué?

- Atraparon a Dabi haciendo falsas transacciones. Lo llevaron al almacén para interrogarlo, pero no quiere hablar- el pelirrojo lo miro de arriba hacia abajo- ¿estas ocupado?

Kaminari reflexionó un poco en la cita que tenía esa tarde. Era la segunda vez en la semana que cancelaba una salida, por suerte, no con la misma persona.

- no tienes que venir si tienes otro compromiso, solo venía a preguntarte

- Solo dame cinco minutos y te alcanzo en la armería.

- ¿Seguro?

- Me necesitas, lo demás puede esperar- su amigo le agradeció con una sonrisa y salió al pasillo.

Se detuvo un momento a pensar, pero no había mucho que considerar, si su amigo necesitaba de él iría. Después de todo Shinso lo entenderá. Mando un mensaje a su ex diciéndole que no llegaría a su cita y procedió a cambiarse sin mirar de nuevo el móvil. El pelimorado no le sorprendió, sí se molestaba sin embargo no como si fuera algo nuevo.

Tan pronto el de ojos esmeralda saliera huyendo, Katsuki se irguió en seguida, cuando lo atrapara se convertiría en hombre muerto.

Un email llego a su bandeja de entrada y le dio un rápido vistazo para saber si era de su debida importancia antes de perseguir a su amigo.

El email lo reconoció de inmediato y puso sus ojos en blanco. Le correspondía al origen de sus problemas, aquel que se metía en su mente como una espina en el pie, igual de fastidioso. El joven de cabello estúpido y dientes puntiagudos. Abrió el correo que solo lo irritó aún más.

Estimado Yaoyorozu

Quería disculparme por lo de anoche. Te fuiste sin decir nada y siento que te hice sentir mal por tu situación.

No es muy masculino de mi parte avergonzar las personas, por sus situaciones intimas y delicadas, así me agraden o no, por lo que te ofrezco una sincera disculpa.

Podría compensarte con una cena, claro que sin hoteles de por medio o si deseas algo más casual quizá una cerveza.

Atte. Eijiro.

Ese maldito...

Corrió dos pisos abajo sin detenerse, pero al no escuchar pisoteadas detrás decidió dar un respiro

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Corrió dos pisos abajo sin detenerse, pero al no escuchar pisoteadas detrás decidió dar un respiro. Continúo caminado mirando a su espalda por si Kacchan aparecía de la nada, lo cual ocasionó que chocara con algo. Giro para ver que era y se topó con la líder de la mafia.

Un pequeño trato   [kiribaku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora