Un pequeño trato [kiribaku]

~Capítulo 25~

por que...

Fue una patada en el estómago. Sentía como si todo mundo lo atacara al mismo tiempo, un golpe tras otro y con más fuerza cada uno, como si del dolor cayese al suelo, pero la agresión no terminara. No era capaz de ver ni oír nada. De niño su madre se preocupó por el enorme interés de Katsuki en la química, especialmente por su amor a las explosiones. La mujer se horrorizaba al imaginar que una bomba dejara sordo a su hijo, y así fue; una enorme bomba de información lo dejo sin la capacidad de conciencia.

Su mirada estaba nublada, era incapaz de distinguir formas básicas de la realidad, pero estaba seguro que esa mancha verde frente a él era Deku, le estaba hablando y él no podía entenderlo. Sus oídos retumbaban, sentía que su corazón se cansaría de latir tan rápido y le daría un infarto. Por lo menos así no viviría esta pesadilla.

El calor de la mano de Izuku fue un ancla para no perderse entre la fatiga, sin embargo, en un gran desplante de tiempo ya no estaba en el taller. Estaba frente a la recamara de su madre ¿en qué momento se movió? Miro a su alrededor, comprobando que no era un sueño, una pesadilla.

No lo era, no era un sueño. Significaba que... no, no podía creer en eso, no sin que la única persona que, probablemente le daría respuestas claras, le dijera la verdad.

Sin tocar previamente y con nula gentileza, abrió la puerta de su madre. Esta estaba frente a su ventana hablando por teléfono, debido al ruido se giró furiosa.

- Suelta el maldito teléfono- ordenó.

- Mísero mocoso, estoy en una llamada importante- le susurró arriba, mientras palpaba el teléfono.

- Esto es importante

- No más importante que esta llamada

- Yo creo que si- al ver su progenitora ignorarlo, no lo soporto. Golpeó con tanta fuerza la pared que en esta se hizo una grieta y su mano crujió. - ¡cuelga el maldito teléfono!

Furiosa, Mitsuki termino su llamada, con paso veloz se acercó a abofetear a su hijo, pero ya con la mano alzada se detuvo gracias a las palabras de su hijo que la dejaron fría.

- ¿mi padre tuvo una aventura?

La mayor estaba atónita, sus ojos se abrieron a no más poder y sus manos se movieron inquietas. No era lago que esperaba le dijera su hijo.

- ¿de dónde? - tembló su voz- ¿de dónde sacas eso?

- ¿es verdad o no? - su tono era frio, sin sentimiento, a pesar de que su corazón se quebraba- tuvo otro hijo.

- No es como se escucha- hablaba con cuidado, como si las palabras rompieran- quien sea que te lo dijo...

- ¿Es verdad o no? - repitió

La habitacional enorme, tenía una pequeña sala en el centro. Mitsuki no resistía su cuerpo, dejo caerse en una de los sillones frente a ella.

-Suki

- Contéstame- soltó como lamento.

Sus ojos perdidos, confirmaba lo que necesitaba escuchar. Estaba dudosa de abrir la boca, cualquier cosa que ella dijera era capaz de derrumbar una familia, su familia.

El menor tomo asiento frente a su madre que, estaba al borde de las lágrimas. La mujer de carácter fuerte y semblante terrorífico se extinguió, dejando detrás a una mujer débil. Intentaba ver a su hijo a los ojos, compartirle la calma, pero no era capaz, si continuaba mirándolo de esa manera él se rompería; no quería llorar, ni pelear, quería respuestas. Las necesitadas.