propiedad
Katsuki hizo una seña, con ello, la pelinegra cogió a Kirishima sometiéndolo para llevárselo junto con Uraraka al carro, mientras se alejaban los compañeros de este se desesperaba al ver como se llevaban a su líder y lastimaban al rubio.
- Mina- la chica lo soltó y pateó antes de colocarse a su lado- adiós, imbéciles.
Rodeo con su brazo los hombros de la pelirrosa y ambos le lanzaron al resto una sonrisa victoriosa al mismo tiempo que les daban la espalda yéndose de ahí aun abrazados.
De camino a su hogar, Bakugo no paraba de ver al pelirrojo por el espejo retrovisor, este tenía los ojos vendados y audífonos con música alta para que no escuchase nada, estaba en medio de momo y Uraraka.
- No abrirán la boca, ¿de acuerdo? - expreso el cenizo.
- ¡¿Qué?! - Ashido giro su cabeza cual pelicula del exorcista- ¡¿por qué?!
- ¡Porque yo lo digo! - Katsuki la cogió del mentón y la obligo mirar al frente- ¡pon atención al camino, idiota!
La cara redonda se asomó entre los asientos.
- ¿Tenemos al líder de los Kirishima y no quieres aprovecharlo?
- No es el líder- aclaro la pelinegra- además, no creo de Bakugo lo haya traído para algún intercambio.
Todas guardaron silencio observando a su líder en espera de una explicación que nunca llego. Momo lo conocía demasiado bien, y eso le daba miedo en ocasiones. Cada una incitó una explicación, pero el cenizo las callaba o ignoraba.
Al llegar, encerraron al pelirrojo en las celdas subterráneas, Katsuki había salido a hablar con Yaoyorozu, quedado ella sola con Kirishima. Mina se preguntaba a qué se refería este al decir que le gustaba a Bakugo, tal vez por la vez que habían hablado en aquella reunión.
El chico la miraba con muy mala cara, era obvio que la odiaba. La mujer comenzó a hacer preguntas una tras otra, sin embrago no conseguía respuestas, literalmente, ni una sola. Alguna pista de los asaltos, una persona o un código, nada.
Escuchó la puerta abrirse, pero no giro a ver quien era, no es como si fuese necesario la manera peculiar de su andar lo identificaba. Mantenía su vista fija sobre el secuestrado y este ni la miraba. Se inclinó sobre sus rodillas para estar a su altura.
- Vamos, niño bonito, dame algo para trabajar. - susurró.
Por primera vez le devolvió la mirada cargada de desprecio y le escupió en la cara.
Antes de que ella reaccionara el pelirrojo había sido sujetado violentamente de su cabello hasta hacerlo gemir.
- Más te vale no vuelva a hacer eso. - amenazó Katsuki con los cabellos entres sus dedos- ¡¿entiendes?!
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Un pequeño trato [kiribaku]
FanfictionDos versiones distintas de una misma historia pueden causar catástrofes en el amor. Katsuki y Eijirou son herederos de dos de las mafias más poderosas de Japón que se encuentran en guerra por cuestiones del pasado, han crecido con el resentimiento...