~Capítulo 17~

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bésame 

Se ayudaron como pudieron. Habían usado el día entero para buscar en los documentos de los Bakugo transacciones irregulares o sabotajes en sus cuentas, sin embargo, no encontraron algo fuera de lo común, Kirishima recordaba todo lo que podía, que no era mucho en realidad.

Habían tenido un incremente de dinero en los últimos cuatro meses, pero no era algo que alarmase a alguno. Siendo sinceros, Eijiro estaba sorprendidos por la increíble organización en los archivos del cenizo. Ya pasaban de las siete de la tarde y sentía que no habían avanzado.

El estómago le rugía, estaba muriendo de hambre, pero trataba de disimularlo. No quería molestar a Bakugo, más de lo que ya estaba.

El pelirrojo se mantenía recostado en uno de los sillones de la habitación mientras que Katsuki le daba la espalda sentado en el escritorio revisando su agenda, este acariciaba su cien despegadamente con el ceño fruncido.

Kirishima cerró los ojos, penando en que estaría haciendo si no estuviese ahí, quizá jugando con sus amigos o cenando con sus mamás o, lo más probable, encerrado en una oficina haciendo exactamente lo que hacía ahora, pero sin tener hambre. Su suspiro salió tan fuerte que llamó la atención de Katsuki sin notarlo.

- Oh, ¿ya te cansaste de no hacer nada? - dijo amargamente sin voltear.

- Me duele la cabeza- se quejó, muy dramático, hubiera sido divertido si Katsuki lo mirase. - creo que moriré

- Al igual que tus dos neuronas.

Kirishima se rio por el comentario, tal vez el cenizo no trataba de ser gracioso, o tal vez si, de igual forma Kirishima no se la pasaba mal como se imagina al estar ahí, "secuestrado". Se levantó y camino al lugar de su rival, recargándose en el escritorio.

Miro la pantalla un momento, cada carpeta que ahí había estaba ordenada alfabéticamente y con tipos de negocios diferentes. Era increíblemente limpio y organizado que se seguía sorprendiendo.

Quito la vista del ordenador, la sentir unos ojos sobre él. El cenizo lo miraba fijamente sin pestañear, muy concentrado en su rostro. Kirishima se inclinó hacia atrás con vergüenza, ¿por qué lo miraba así?

- ¿Qué? - pregunto nervioso.

- ¿Tienes hambre?

- ¿Qué? - repitió

- Tu estoma rugió- aclaró.

- Oh- Eijiro no se había dado cuenta. No sabía que contestar, sí tenía hambre, pero ¿acaso Bakugo se molestaría si le pidiese de comer? - yo... pues... ¿perdón?

El cenizo se levantó del asiento y cogió su celular con calma, aparentaba cansancio por las horas en el computador.

- Si tienes hambre solo dilo- menciono mientras marcaba algo en el celular- no te tengo aquí para matarte de hambre ¿O sigues con la huelga?

- No estaba en huelga, sol-

- Mapache, tráeme algo de comer, y que sea para dos.- Kirishima aguardo a que Bakugo colgara la llamada con ¿mapache?

Habló con su contrato breve, mientras Eijiro solo observaba. Katsuki tendría hambre igual para ser tan cortés con él. No era un mal tipo realmente, pensó. Tenía un carácter fuerte, pero en el tiempo que llevaba de conocerlo no era malo como su familia se lo plantaba, mucho menos estúpido, era inteligente y defendía a sus amigos como el a los suyos, no era alguien desalmado como solía creer y tampoco feo como lo visualizaba. Estando ahí, viéndolo distraído, podía contemplar sus facciones, las cuales ya había tocado, con rasgos suaves y masculinos, piel pálida y... sus ojos, siempre mantenían el mismo color carmín brillante, fue lo primero que notó, lo primero que le gustó.

Un pequeño trato   [kiribaku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora