Hoy era un nuevo día, después de llorar tenía los ojos inchados, las criadas me lo cubrieron con maquillaje puesto que el Sultán me había invitado a almorzar y debía estar presentable.
Cuando llegué a los aposentos del Sultán, la mesa estaba servida y él ya se encontraba comiendo algo.
—Querida, estas muy hermosa hoy —dijo el Sultán.
Yo le agradecí, tomé asiento a su lado y empezamos a comer. La comida era simplemente exquisita, debo decirle al Sultán que recompense al cocinero por tan magnífico trabajo.
La puerta se abrió y tanto el Sultán como yo volteamos a ver quien había ingresado sin pedirle permiso al Sultán.
Me levanté rápidamente al ver a la Sultana Saliha ingresar por aquella puerta, le hice una reverencia y permanecí de pie a lado del Sultán.
—Mi león —dijo la Sultana, al mismo tiempo ofreció su mano para que su hijo la besara.
—¿Qué trae a mi madre a mis aposentos? ¿Acaso ocurrió algo?
—Escuché que estabas almorzando con tu favorita y vine a visitarlos. Nuestra querida Ayse está mucho más hermosa que la primera vez que vino al palacio, veo que se ha adaptado muy bien.
—Gracias, sultana —respondí mientras mantenía la cabeza baja.
—Ayse siempre ha sido hermosa, pero ahora lo está más —agregó el Sultán.
—Pienso que se vería mucho más hermosa si llevara a un príncipe en su vientre, ¿no lo crees Ayse? —preguntó la sultana.
Me di cuenta de adónde quería llegar la sultana al hacer tal pregunta. Era evidente que no estaba feliz al ver mi vientre plano.
—Ya que lo mencionas, madre. He estado pensando en hacer a Ayse una Kadin, después de todo mi primer hijo debe nacer de una mujer con poder y autoridad suficiente para ser la madre de un príncipe.
—Hijo mío, te estás adelantando. Ayse será una Kadin en el momento en que quede embarazada, antes no.
—Ayse será una Kadin porque así lo quiero, yo soy el Sultán y mi palabra es ley —le respondió el Sultán con un tono de voz un poco más elevado que antes.
—Has lo que quieras, pero no me pidas ayuda cuando estés en problemas por tomar estas decisiones.
La sultana hizo una reverencia y salió de los aposentos. Se la veía muy enojada y parecía que podría matar con su mirada.
—Ven Ayse, siéntate a comer conmigo —ordenó él. Me extendió su mano y yo la tomé, volví a sentarme en mi lugar y seguimos comiendo.
—Hoy mismo haré el decreto para que seas una Kadin, Haluk agha y Reyhan Kalfa te mostrarán las mejores habitaciones disponibles para que te mudes de inmediato.
—No es necesario que haga eso, majestad. Como usted sabe, yo no deseo ser una de sus esposas y mucho menos quiero seguir viviendo en este palacio.
—No logro comprenderte. A tu padre le dices que no te falte al respeto porque eres mi favorita y mi futura esposa, pero a mí me dices que no quieres serlo.
—Eso es diferente.
—¿Diferente cómo? Si dices que eres mi futura esposa entonces cásate conmigo.
—Pero no quiero.
—¿Tanto te aborrezco? ¿Soy tan feo que no quieres estar a mi lado? —el Sultán se veía decaído y sin ánimo.
—No es eso. Yo lamento haberlo usado de esa manera, no pensé que usted estaría escuchando —al verlo así me sentía mal, quería abrazarlo y consolarlo.
—Puedes usarme todo lo que quieras, solo tienes que casarte conmigo —dijo él mientras sostenía mi rostro entero sus manos.
—Puede que haya nacido libre pero no lo fui, siempre estuve obligada a hacer lo que mi padre quería y no pude hacer algo que yo quería, es por eso que si me caso usted jamás probaré esa libertad que tanto anhelo.
—No te obligaría a hacer algo que no quieras y tampoco te mantendría encerrada aquí como una prisionera, podrás salir a donde quieras, claro que con una escolta para protegerte pero no te darás cuenta de que están ahí. Piensa en este palacio como tu hogar, vivirás aquí, tendrás lo que quieras y harás lo que quieras —dijo él con un suspiro —Podrás tenerlo todo incluso si no me amas, solo tienes que aceptarme, por favor. Te lo ruego, quédate a mi lado por favor.
Y esas últimas palabras fueron las causantes de que haya tomado la decisión más importante de mi vida —Esta bien —dije con cierta resignación —Voy a casarme con usted y seré su sultana.
Su rostro resplandecía por mi respuesta y me abrazó.
—Te juro que serás muy feliz a mi lado, nada te faltará y no dejaré que nadie se atreva a lastimarte porque si lo hacen les caerá todo el peso de mi ira.
—Tampoco es para tanto, yo sé cuidarme sola y estoy segura de que nadie me hará daño.
Ya que había decidido casarme con él Sultán debía hacerme a la idea de que viviré en el palacio, seré llamada "sultana", todos me harán reverencias y cuando la sultana madre Saliha ya no esté seré yo quien dirija el harem.
Aunque aún no sé qué hacer con las concubinas del Sultán, estoy segura de que él no querrá expulsarlas del palacio pero enviarlas al viejo palacio es una buena opción, claro que si hago eso tendré que asegurar la descendencia de la dinastía yo sola, lo que significa que debo tener varios hijos y eso no suena bien para mi.
¿Pero qué estoy pensando? No puedo expulsar a las Kadin, se supone que van a ayudarme a escapar. ¿Cómo les digo que no me voy a ir y que me caso el Sultán?
En cuanto se enteren de esto van a matarme, ¿en qué me he metido?
Estaba tan inmersa en mis pensamientos que no me había dado cuenta de que el Sultán estaba llamándome.
—¿En qué tanto piensas? Te estoy hablando y no me respondes.
—Lo siento su majestad, estaba pensando en como tomarán la noticia las Kadin y la madre sultana, estoy segura de que no les agradará la noticia.
—Es cierto, pero se acostumbrarán al echo de que serás una sultana.
—Yo ya soy una sultana, mi madre es una sultana ¿recuerda? Nací siendo una sultana.
—Sí, pero no tienes el título formalmente como lo tendrás ahora por medio de nuestro matrimonio.
El Sultán acarició mi mejilla y me sonrió, su rostro resplandecía de felicidad.
Tal vez el matrimonio no sea tan mala idea después de todo, quizá encontré mi lugar en el mundo y un hombre que me ama.
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Perdón la demora 🙇♀️ aún no termino mis exámenes 🥲 y con tanto que estudiar me olvidé de actualizar 🙏 pero ya casi voy a estar de vacaciones 😌
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La Mujer del Sultán
Historical FictionTodos queremos tomar nuestras propias decisiones sobre nuestra vida, lo mismo quería yo, pero el destino me hizo una mala jugada e hizo que alguien más decidiera mi futuro por mi. Fui obligada a pagar por un error que cometió mi padre y me entregaro...