Hoy me desperté como cualquier otro día, fui a los baños. Tomé un relajante baño y me puse un bonito vestido azul, me gusta ese color.
Hoy parecía ser un buen día, así que decidí ir al jardín y pasear. A lo lejos pude ver una tienda y a varias mujeres reunidas allí.
Decidí no acercarme e ignorarlas, pero cuando me estaba llendo, una mujer me habla y me dice que vaya para ese lugar.
Una mujer con la mitad del rostro cubierto estaba sentada en el medio de todas las mujeres, parecía ser de un rango más alto.
Hice una reverencia y permanecí con la cabeza baja, esperando a que ella me dijera que hacer.
—Sirve más té para mí —ordenó aquella mujer con el rostro cubierto.
—Sí —dije antes de servir té en el vaso frente a ella. Lo serví y ella bebió un sorbo.
—Este té está frío —dijo antes de lanzarme el té en la cara.
La miré sorprendida y ella se levantó, caminó hasta mi y me dio una bofetada.
—¿Por qué hizo eso? —pregunté confundida, me cubrí la mejilla y oí las risas de las demás mujeres.
—Eres una esclava inmunda, ¿cómo te atreves a desafiar a mi Sultán? —dijo ella —Castiguen a esta mujer como se lo merece —ordenó.
Las demás mujeres que estaban allí empezaron a arrancar la tela de mi vestido, me empezaron a golpear y a empujar, traté de defenderme, pero no podía hacer mucho, aquella mujer parecía tener la autoridad suficiente para ordenar que me castiguen.
No pasó mucho cuando sentí que perdía la conciencia y caí al piso, sentí un fuerte dolor en la cabeza antes de desmayarme por completo.
Cuando me desperté estaba en mi habitación y Zayan estaba a mi lado. Reyhan limpiaba mi rostro con un paño mojado y sentía que me ardía cada vez que me tocaba.
Todo el cuerpo me dolía, había sentido dolores mucho más fuertes que esto pero eso no significa que no me duela, además hacía un tiempo que no sentía dolor.
—¿Ayse? ¿Te encuentras mejor? ¿Te duele mucho? —preguntó Zayan con mucha preocupación. Era lindo tener a alguien más que se preocupara por mi.
—Me duele todo el cuerpo, siento que algo muy pesado me pasó por encima —dije en tono de broma. Pero sí me dolía y mucho.
—Podría decirse que eso te pasó, después de todo tienes mucho golpes en el cuerpo, tu rostro está muy inflamado, tienes el labio y una ceja rota. ¿Qué fue lo que te pasó? —dijo Reyhan Kalfa.
—No lo sé, una mujer con el rostro cubierto me llamó y ordenó que me golpearan, yo ni siquiera sé quién es ella pero parecía ser poderosa porque las criadas acataron sus órdenes sin dudar.
—Hatem —dijeron Zayan y Reyhan al unísono.
—¿Hatem? ¿Hatem Kadin? —pregunté preocupada.
Esa mujer, Hatem Kadin llevaba el mismo nombre que mi hermana y además había ordenado que me golpeen, ni siquiera nos conocemos pero ella ya decidió que me odia y estoy segura de que no será la primera vez que nos encontremos en una situación parecida.
—Hatem es la única Kadin que se cubre el rostro, muy pocas hemos podido ver su rostro. Pero desde que se convirtió en Kadin ella ha cubierto su rostro, se baña sola y ya nadie recuerda como se veía antes —dijo Zayan.
—Algunos dicen que su belleza es tal que se cubre para que nadie más que el Sultán se enamore de ella y otros dicen que es tan fea que le avergüenza volver a mostrar su rostro —comentó Reyhan.
—De cualquier forma ella es una kadin y es favorita del Sultán. Su majestad la llamaba a sus aposentos varias veces a la semana, hasta que llegaste tú —agregó Zayan.
—Esperemos que el Sultán no te llame esta noche o rodarán muchas cabezas. Aunque, últimamente no te ha llamando estos días y se esparcieron los rumores de que el Sultán se cansó de ti —dijo Reyhan.
Las doctoras llegaron para revisarme y atenderme, curaron mis heridas y me dejaron medicamentos para recuperarme más rápido, y que no me quede cicatrices en el rostro.
Luego de tomar la medicina me quedé dormida y no me levanté hasta que era casi la hora de la cena, me trajeron la cena a mis aposentos y Zayan cenó conmigo.
Haluk agha ingresó rápidamente a nuestra habitación, su respiración era agitada, parecía que había corrido por todo el palacio.
—Señorita Ayse, el Sultán desea verla —dijo Haluk con preocupación.
Él sabía que no estaba en condiciones para visitar al Sultán, puesto que fue él quien me encontró golpeada en el jardín.
—Dígale al Sultán que estoy enferma y que es contagioso, como me preocupa su salud lo mejor es que no me llame hasta que me haya recuperado completamente —le dije a Haluk.
—Trataré de convencer al Sultán y recemos para que me crea o nuestras cabezas rodarán —respondió Haluk.
Él salió de los aposentos y cerró la puerta. Zayan me ayudó a acostarme mejor y me ayudó a colocar ungüento en mis heridas.
No pasó mucho cuando Haluk volvió a ingresar a mi habitación, esta vez estaba aún más agitado que antes y su rostro era más pálido.
—El Sultán no se lo creyó, él dice que lo inventaste y que quiere que vayas a verlo ahora mismo —informó Haluk.
—No puedo ir a verlo estando así, ¡mírame! —dije bastante alterada.
—Debes convencer a su majestad de que Ayse no puede ir a verlo o tu cabeza será la primera en caer porque no protegiste adecuadamente a la favorita de su majestad —le dijo Zayan a Haluk.
—No es culpa mía que te hayas ganado el odio de Hatem Kadin. Es tú culpa por haberla provocado y en caso de que el Sultán se enterase, sería tú cabeza o la de ella la que caería primero. Pero en cualquier caso terminarás muerta porque la madre sultana es muy cercana a Hatem Kadin y no dejaría que su muerte quede impune —respondió Haluk.
La puerta se abrió de par en par y el Sultán ingresó a la habitación, Haluk y Zayan se levantaron e hicieron una reverencia. Yo intenté levantarme pero el dolor me lo hacía difícil.
El Sultán me vio y se apresuró a ayudarme, me recostó en la cama y observó los golpes en mi rostro.
—Fuera de aquí, quiero hablar con ella a solas —ordenó el Sultán.
•♤♡◇♧•♤♡◇♧•♤♡◇♧•♤♡◇♧•
Disculpen la demora 🙇♀️ estuve dando exámenes, pero ya casi los termino 😁 solo espero haber aprobado 😅
ESTÁS LEYENDO
La Mujer del Sultán
Narrativa StoricaTodos queremos tomar nuestras propias decisiones sobre nuestra vida, lo mismo quería yo, pero el destino me hizo una mala jugada e hizo que alguien más decidiera mi futuro por mi. Fui obligada a pagar por un error que cometió mi padre y me entregaro...