capitulo 7

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Rachel llegó a la torre Wayne minutos después de dejar el monte tras recibir la llamada de Luke quien se había vuelto algo así como su consejero, que la informaba de lo que Bruce habia estado haciendo.

La Wayne subió a su oficina adonde la esperaba Lincoln March. Luke la habia llamado justo por eso. La pelinegra tuvo que respirar ondo para recuperar la compostura y no mandarlo al diablo enseguida aunque ese fuese su mayor deseo.

Entró a su oficina solo para encontrar a ese hombre alto, cabello negro, piel blanca y ojos azules detras de su escritorio con una fotografía enmarcada en sus manos.

Era una foto de familia. Bruce la tenía sobre su escritorio como un preciado tesoro. Era una foto del cumpleaños del mayor. Esa vez festejaron en la mansión y todos estaban ahí. En el centro de la foto el patriarca de los Wayne estaba cargando a Raph, a su derecha estaban Selina y Tim que cargaban Darien y Emma de más o menos cuatro años mientras que a su izquierda Alfred cargaba a Keith, de dos años. Las dos parejas en cambio estaban frente a ellos, agachados para no cubrirlos

-tienes una linda familia Rachel- habló como si fueran viejos amigos

-señor March, deje esa foto donde la encontró y no me llame Rachel-

-creia que ese era su nombre-

-y lo es pero usted no es alguien que pueda darse el lujo de usar mi nombre luego de haber intentado vender mi empresa a Luthor-

-a ese proposito...- Lincoln regresó la foto al escritorio

-...señorita Wayne...- dijo casi en modo de burla

-...lamento habernos conocido de esa forma asi que permitame presentarme como es debido. Me llamo Lincoln March y era un socio de su padre antes de que desgraciadamente desapareciera...no tiene que ser facil para su familia enfrentarse a tal tragedia. Como se sienten sus hijos al respecto?-

-de que me queria hablar señor March?- preguntó molesta intentando cambiar el tema

-tampoco ha de haber sido facil para usted. He investigado un poco y he descubierto de un caso interesante de hace casi 30 años. Dos niños desaparecidos y que reaparecieron tres años despues como que si nada hubiera pasado...sabe, señorita, con mi posición social estoy en contacto con muchas personas y es suficiente con hacer las preguntas correctas para entonces descubrir nombres...descubrir secretos...no puedo inaginarme como es enfrentarse a algo como un secuestro y ahora a la desaparición de su padre quien la crío y cuidó...-

-solo me pidió encontrarnos para amenazarme?-

-no era mi intención, lo siento. Lo que queria decirle es que espero que podamos tener una relación de negocios como la que tenia con el señor Wayne- March tendió su mano hacia la mujer pero ella solo la miró con desden

-dudo que mi padre tuviera con usted la relación de negocios que usted dice pero si asi era entonces se acabó. Ahora vayase o lo haré acompañar afuera por los guardias de seguridad-

-está bien. Me iré pero llameme si cambia idea- dejó sobre el escritorio su tarjeta de presentación y se fue cerrando la puerta tras él.

Rachel estaba furiosa al punto de que lagrimas de ira le picaban los ojos. Con rabia agarró esa tarjeta y la rasgó antes de botarla a la basura. Se sentó en el sofá que se encontraba en la oficina y se cubrió el rostro con las manos tratando de reponerse. Apenas habian pasado unos dias desde que descubrió que su padre habia desaparecido pero ya sentia que se iba a derrumbar y no podía hacerlo.

En eso su telefono sonó otra vez. Secó las lagrimas que se habian escapado a su control y con la voz más tranquila que pudiera aparentar respondió la llamada de su marido

-hey Wally, dime-

-Ray, tu y los chicos están regresando? La cena ya está casi lista-

-los chicos están aun en el monte yo tuve que venir a Gotham para atender un problema en el trabajo- por un momento ambos guardaron silencio hasta que Wally habló de nuevo pero no con su usal tono alegre

-Rachel que sucede?- esa pregunta solo hizo que se le escapara un sollozo

-amor te parece si llamo a los chicos y les digo de quedarse en el monte? Yo voy por ti, comemos algo y hablamos de lo que está pasando-

-no llames a los chicos. No quiero asustarlos-

-se que quieres ayudar manteniendo todo bajo control pero no voy a permitir que te derrumbes de esta forma. No estás sola. Estoy aqui para ti-

-tengo que encontrar a mi padre yo no puedo seguir adel...- de repente un fuerte estruendo llegó hasta la otra linea del celular.

Los ventanales de vidrio se rompieron en mil pedazos llenando el piso de astillas. Algunas habian llegado a incrustarse en los brazos de Rachel ya que los habia usado para protegerse el rostro y la cabeza. Cuando pudo levantar la cabeza vio a un sujeto con un traje café oscuro, casi negro, con detalles dorados, tenia una fila de cuchillos como cinturon atravesado en el pecho. Los guantes que traía puestos tenian forma de garras en las puntas de los dedos y su mascara de búho era bastante inquietante

La mujer se levantó lista para recibir el ataque que no se hizo esperar. El sujeto fue hacia ella con un cuchillo en la mano. Se movia a una velocidad inhumana. No lograba responder sus ataques y apenas podia evadirlos. Recibió más de un profundo corte hasta caer al piso de espalda. El de mascara se le puso encima y rodeó el cuello de la mujer con su mano. Las garras de su guante eran tan filudas y duras que le provocaron pequeñas heridas en la piel del cuello

-Rachel Wayne, la corte de los buhos te ha sentenciado a morir- dijo aquel sujeto sin una pizca de cualquier tipo de emocion en su voz levantando su mano armada para puñalar a la mujer

-RACHEL! ABRE LA MALDITA PUERTA!- Wally gritaba desde afuera tratando de abrir la puerta hasta que con una ultima patada logró romper la cerradura y entrar.

La repentina interrupción hizo que el asesino no atravezara el corazón de Rachel por cuestión de centimetros.

Wally corrió hacía el sujeto intencionado a golpearlo pero al estar alterado no tenía control en sus poderes y el otro logró evadir su golpe. El de mascara saltó lejos del velocista y saltó de los ventanales rotos. Flash se asomó de los marcos de las ventanas pero no había nadie abajo. De alguna forma ese sujeto seguia vivo. El pelirrojo regresó al lado de su esposa dandose cuenta de que estaba inconsciente. Enseguida y con temor apoyó dos dedos en el cuello de la mujer. El pulso era debil pero estaba ahí ahora solo tenía que esperar a que la ambulancia y la policia llegaran ya que apenas llegó les había encargado a los guardias de seguridad de llamar al 911.

Segunda GeneraciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora