capítulo 43

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Cuando un rayo de sol se coló entre las cortinas hasta llegar a sus ojos molestandolo atravez de sus parpados Wally abrió lentamente los ojos y se sentó en la cama. Aun llevaba su traje rojo pero al mirar su alrededor no supo explicarse a si mismo porqué estaba en la mansión. No tenía sentido. Debería estar aún en esa celda. Lo ultimo que recordaba era a los talons entrando. Tal vez ahora estaba soñando. Eso pensó cuando vió a su hijo dormido acurrucado en un sillón frente a la cama y con una manta encima. Se acercó al adolecente, pasó la mano por sus mechones y acomodó la manta para taparlo completamente.
Salió de la habitación encontrandose en el pasillo siempre perfectamente en orden gracias a Alfred

~si realmente estoy soñando no quiero despertarme~ pensó mientras miraba con nostalgia su alrededor.

Todo eso se le hacia un recuerdo lejano aunque no hubiera pasado mucho tiempo desde que vivia tranquilo su vida.

Llegó a una habitación cuya puerta estaba entreabierta y al asomarse pensó

~definitivamente estoy soñando~ ahí estaba él.

Estaba acostado en una cama con una maquinaria de hospital para monitorear los latidos y un suero conectados a su cuerpo, Rachel estaba sentada con los ojos cerrados en un sillón con un pequeño Raph dormido en sus piernas pero ella estaba despierta pues aun con los ojos cerrados acariciaba a su hijo mientras el pequeño Darien estaba a su lado apoyando la cabeza al brazo de su madre. El pequeño Keith estaba en la cama acurrucado a su lado de la parte adonde no estaba el suero. De repente el niño mayor abrio sus hermosos ojos heterocromaticos y lo miró. El menor estaba sorprendido y un poco asustado así que jaló de la manga de la mujer a su lado para que abriera los ojos

-mami- la llamó.

Ella abrió sus cansados e hinchados ojos para mirar a su hijo

-que pasa?- el niño señaló la puerta dejando a la mayor sorprendida.

El hombre que estaba en el umbral de la puerta sintió su corazón pararse y luego acelerarse al escuchar su voz y encontrarse con su mirada.

La mujer con toda la tranquilidad se levantó y dejó a Raph en el sillón a lado de su hermano mayor para ir a hablar con el hombre que no le despegaba la mirada de encima

-Wally, por favor, salgamos y hablemos- aprovechó el estado de shock del pelirrojo para empujarlo con delicadeza hacia afuera y cerrar la puerta.

Al estar solos en el pasillo los dos guardaron silencio. Wally quería creer que ese no fuera un sueño y Rachel intentaba encontrar las plabras para explicarle lo que habia ocurrido pero no lograba decir nada al ver miedo y esperanza en los ojos verdes que la miraban fijamente. El pelirrojo mayor levantó lentamente sus manos y las apoyó con cuidado a ambos lados del rostro de su amada para acariciar con sus pulgares la piel de sus mejillas, con extrema cautela como si tuviera miedo de romperla o que desapareciera en el mismo instante en el que se atreveria a acercarse

-...eres real...- susurró debilmente fijandose en cada detalle de su rostro.

No sabia como era posible que estuviera ahí o porqué sus hijos estaban pequeños y menos porqué habia doble de él y de Darien pero en ese momento solo le importó de la calidez de su piel que indicaba que realmente estaba ahí aunque no pudiera creerlo.

Por otro lado Rachel no lograba encontrar el valor de decirle que no era quien creía que era. Ese leve brillo de esperanza en sus ojos que se hacia más brillante cada istante que pasaba perdido en sus ojos. Le dolia demasiado saber que ese era el futuro de su esposo. No quería morir. No queria condenar a su familia a ese dolor que veia reflejado en esos hermosos ojos de los que se habia enamorado. La mujer apoyó sus manos sobre las del hombre acariciando delicadamente el dorso de ellas.

Segunda GeneraciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora