14.

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Levanté mi mano y la estrellé contra su mejilla.

Lo imaginé y pensé,pero no me armé de valor para hacerlo.
No a él.
Suspiré y dejé qué el hablara de nuevo.

-Soy un idiota

Si,lo eres y me alegro de que lo reconozcas.

-¿En serio me crees capaz de meterme en una relación? —cuestioné dolida—

-No.—pausó— Soy un idiota,sé que jamás harías algo así,y mucho menos con Antonio,sé que ambos no son ese tipo de persona.

Esta vez si estaba dispuesta a bofetearlo.
Gracias al cielo cambio de pensar.

-Discúlpame... —tomó aire— Al verte llorando mis emociones se removieron, sentí enojo con todo el equipo,quería golpear a tu bestie —río bajo—
No me gusta verte llorar,mi corazón se partió al verte asi,después entré y te miré muy cariñosa con Antonio,todo dentro de mi explotó,me cegué y me comporté como un estupido.
No es excusa,lo sé,sólo te pido una disculpa.

Este hombre es bipolar.
Y hermoso
hermoso
hermoso.

Miré sus ojos llenos de arrepentimiento.
Mi corazón se hablandó.

-Está bien Jesús.
Acepto tus disculpas.

Él me dedicó una sonrisa.

-¿Tienes planes para esta noche?

-No.

-Te invito a cenar,quiero estar contigo a solas.

—Asentí algo convencida— Que sea algo discreto,por favor.

La Cena.

-¿Qué parte de 'Que sea algo discreto' no entendiste? —cuestioné cansada—

-Esto para mi es discreto.

-¡Claro! Un lugar bastante discreto donde hay más de dos cámaras sacándome fotos desprevenida. ¡Increíble!

-¿Qué? ¿Dónde? —dijo volteando discretamente a su alrededor— No veo nada.

-Discretamente voltea a tu izquierda,podrás ver cómo hace más de dos minutos está un chico con el menú al revés.

Jesús ignoró por completo la palabra Discretamente,pareciera que su cuello iba a torcerle de lo exageradamente rápido que giró para comprobar lo que le decía.

-En todo estás.

-Cómo debe de.

Respondí citando una de sus frases más icónicas .

-¿Estás segura que no eres de Culiacán?

—Carcajeé negando—

-Nunca dejes de sonreír Alain.

Jesús siempre me llenaba de piropos y palabras tiernas.

Él me hacía sentir tan  única y especial.

[...]

Tú casa es muy linda.
—rompió el silencio—

-Algo desordenado pero linda.
susurro por lo bajo,yo le dediqué una mirada asesina.

-Mi casa es más ordenada  a comparación de la tuya,ni siquiera puedes caminar de los montones de ropa qué hay en el suelo.

Exageré mientras veía como el pelirrojo no creía lo que decía.
Él era muy limpio y organizado.

No lo pensó dos veces.
Me lanzó las pequeñas almohadas que decoraban mi sala.

Abrí mi boca formando una perfecta o.

-Oh no.

Dijo cuando miró que tomé una enorme almohada.

La lancé mientras caía en su perfecto rostro.

-Me reiniciaste el windows.

Carcajeé acariciando su enrojecida nariz.

-Tus ojos son hermosos. —hablé—

-Gracias bebé. —pronunció cerrando y abriendo seguidamente sus ojitos color café.—

Reí nuevamente,él aprovechó la situación para hacer cosquillas en mi estómago,mi carcajada aumentaba,sonoras carcajadas retumbando en mi acogedora sala.

Nuestros cuerpos estaban muy juntos,podía escuchar el acelerado y palpitante corazón de Jesús. Nuestras respiraciones eran pesadas y agitadas. Necesitaba probar una vez más sus labios.
El solo rompió el momento haciéndome cosquillas en el estómago nuevamente.

-¡Bas—basta!—dije riendo—

-Con una condición

-Si si la que sea —dije con dolor en mi estómago de tanto carcajear— ¿cuál? —cuestioné agotada—

-Que seas mi novia.

Sus palabras me cayeron como un balde de agua helada,me quedé viendo su rostro, él me miraba atento.

Mi cuerpo revoloteó,estaba a punto de contestarle cuándo el me interrumpió.

-Es broma,tonta. —así,sin más,carcajeó tanto que estuve a punto de golpearlo con mi puño—

-Ya lo sabía

No,no lo sabias,r i d í c u l a.
Mi subconsciente nuevamente haciéndome pedazos.

-Cuándo te haga esa propuesta, será algo único.
—remarcó esta última palabra con éxito—

-Ajá ajá—

-Me tengo que ir.

—asentí—.

-En serio¿estás molesta?

Cómo no tienes idea.

-No —contesté con voz firme—

-Sé que lo estás,yo sé cómo quitarte lo enojada.

Dijo haciendo esa maldita cara pícara.

Se acercó, sujetó mi mentón tratando de acortar la distancia,yo me hice del rogar,pero vamos,¿quién se puede resistir a tremendo bombón?
exacto,nadie.

Esta vez yo acorté la distancia.
El beso era tan necesitando y sumamente apasionado.

-Mucho por hoy.

-¡Me haces sufrir demasiado! —habló Jesús quejándose con voz de pequeño—.

Se alejó,giró sobre su eje lanzándome un beso al aire.

Suspiré como toda una chica enamorada viendo cómo él se alejaba cada vez más.

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