Capítulo 13: El costo - Parte 1

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"Somos el fruto de nuestras palabras, y las consecuencias de nuestros actos."

Bajo el calor que hacía aquel día dónde ya no se podía saber con exactitud cuánto tiempo paso desde que todo inicio... en una carpa grande, se encontraba Francisco interrogando a los dos guardias que tomaron como rehenes. De esa carpa, el hombre sale y se dirige a Carlos, Petra y Jason que lo estaban esperando afuera.

Petra: ¿Dijeron algo más?

Francisco: Lastimosamente no... Solo esa tal "Carolina" que dijo una que otra cosa. Mientras que el otro se muestra algo más reservado y prefiere mantener la boca cerrada.

Carlos: Me harté. (Toma su hacha)

Jason: ¿Qué haces?

Carlos: Para que, tarados como ese, digan algo. Solo hay una forma de que lo hagan. Mientras este pedazo de mierda se niega a hablar, el tiempo de muchos allá en ese lugar (refiriéndose a La Campiña) cada vez podría ser más corto.

Jason intenta hacer que Carlos no haga nada estúpido. No obstante, sería detenido por Petra la cual le dice: "Déjalo, es la única forma de la cual podrán dar más información... Se que no te gusta esta clase de métodos, pero Carlos tiene razón... No dejemos que la vida de los nuestros y de muchos más penda todavía de un hilo que en cualquier momento se cortará... Vamos." Le dijo, mientras le daba un beso.

Tras eso, Jason no tuvo de otra que aceptar y dejar que Carlos hiciera su trabajo. Justamente, antes de que él ingrese a la carpa donde estaban los rehenes, Francisco lo toma del hombro y le dice: "Has lo que tengas que hacer... Pero no los mates. Solo te pido eso." Allí fue donde Carlos solo miraría al hombre y luego ingresaría a la carpa. A pesar de su edad, Carlos era un hombre que daba miedo cuando se molestaba y sobre todo al tener un carácter bastante duro y firme ante cualquiera. Al ser alguien alto y corpulento, sumado a ese gesto que solo mostraba el enojo que sentía.

El señor vio que en una de las mesas había algo de agua en un vaso, por lo que tomo el vaso de agua y bebió un poco. Miro a los guardias y les pregunto si querían, a lo que estos dijeron que no. Tras eso, Carlos tomo una silla y sentó enfrente de ambos, mirándolos directo a los ojos.

Carlos: Vamos al punto de esto... ¿Cómo podemos entrar a ese lugar de dónde provienen ustedes?

Ahí la guardia, de nombre Carolina, le dijo a Carlos: "Oiga por favor. Lo podríamos ayudar a usted, a estas personas. Pero no es la forma está. Déjenos salir, no haremos nada malo. Por favor. "

Carlos la miro y solo le dijo: "Acá no es cuestión de suplicar. Acá tienen que responder mis preguntas. Si lo hacen de una buena forma, se podrá considerar la posibilidad de dejarlos sueltos. Pero cooperen con esto."

Carolina: Señor, no somos malas personas. Esto solo es un trabajo. Nada más que eso.

Carlos: ¿Un trabajo? Tengo entendido que ustedes tienen a personas inocentes como unos putos esclavos. ¿Qué trabajo de mierda es ese? Ustedes lastiman a otros. Dañan a otros y se ve que les importa un bledo eso. ¿O me equivoco?

Carolina: ¡Él nos mataría si no hiciéramos eso! ¡Mí familia perdería todo si yo no hiciera esto!

Le dijo la mujer, mientras se le escapaban algunas lágrimas por la angustia que sentía en ese momento. Carlos solo golpeó la mesa y dijo fuertemente: "¡ENTONCES AYÚDANOS A TERMINAR CON ESTA MIERDA Y A SALVAR A TODOS DE ESE INFIERNO DE MIERDA!"

La mujer solo se pondría a llorar del miedo que le tenía a Carlos, mientras a su lado, estaba el otro guardia que se reía.

Carlos: ¿Te parece gracioso esto? ¿Esto te parece gracioso? ¿Cómo te llamas?

The Walking Dead: The Fall 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora