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Me desperté desorientada escuchando mucho movimiento en mi habitación, cuando decidí abrir los ojos noté que seguía siendo de noche. Por lo que automáticamente volví a tratar de conciliar el sueño. No pasó mucho tiempo hasta que poco antes de caer dormirme profundamente, siento un toque en mi hombro. Uno que curiosamente me resultaba muy conocido.

-Lourdessss- Susurró Valentín.

-Pasó algo?- Intento disimuladamente arreglar mi cara de dormida.

-Quiero ir a pasear por tu barrio- Comentó con una sonrisa-

Me tenes que estar jodiendo.

-Ahora?

-Siii, ahora- Sonreía como si el ir a pasear fuera un plan malévolo.

-Si queres agarra las llaves y salí, tranqui.- Susurré aún dormida. Me arrepentí automáticamente de la boludez que había dicho. Como le voy a dar mi llave a alguien que conocí ayer??

-Noo, pero...

-Pero que? -Dije yo con los ojos cerrados del cansancio.

-No, nada.

-Dale, decime- Insistí ya abriendo los ojos mientras miraba a los chicos dormir plácidamente en la posición mas incómoda existente.

-No, nada más que no conozco el barrio. Por ahí podías acompañarme y caminábamos un toque. Aparte en un rato amanece- Propuso el morocho.

Seguía sin entender su propuesta. ¿Porque quería que vaya con él?. Estaba demasiado dormida como para analizarlo, y como no quise discutirle más, accedí y me paré silenciosamente en busca de un buzo abrigado tratando de que nadie se despierte, mientras Valentín sonreía ante la idea salir a caminar.
Salimos de la casa no sin antes ver a Tadeo en un sueño profundo, ahora en una posición más cómoda que la de hace un par de horas ya que estaba el solo en el sillón.

-Ayer me quedé con ganas de seguir hablando con vos- Comenta el morocho aún con voz bajita esperando a que yo cierre la puerta.

-Vos tomaste mucho me parece eh- Contesté en modo de broma sonriendo- Queres ir a una placita que está acá cerca? estamos a 5 cuadras, una cosa así- Cambio de tema rápidamente.

-Siii, vayamos- Esperó unos segundos para continuar hablando- Y qué onda, como lo conociste a Ramiro vos?

-Queres que te cuente? no es tan interesante igual- Digo dudosa.

-Tengo toda la mañana para escucharte- Dice sonriéndo mientras me mira a los ojos tambaleándose un poco mientras camina.

-Bueno, no hay mucho para decir tampoco- dije sonriendo para comenzar mi relato- Nuestros papás se hicieron muy amigos en la facultad y desde que nuestras mamás se enteraron que nos iban a tener más o menos al mismo tiempo, casi que vivimos juntos. Pasábamos las fiestas juntos, o incluso nos íbamos de vacaciones juntos. La cosa sigue así solo que no con la familia.
Más tarde empezamos a ir a la misma primaria. pasamos por varios grupos de amigos, pero siempre quedamos juntos.
Él es de las personas más importantes para mi desde que tengo memoria. Y nada, desde siempre fuimos como hermanos así que imagínate, no se me despega ni en pedo- Concluí la historia con una broma.

-Que hermoso que tengan una amistad así. El es un re buen pibe. Y un cago de risa- Agrega.

-Si, igual.. no le cuentes lo que te dije porque después se hace el meloso.

-Tranqui, se queda acá- Dice mientras se ríe. -Y que onda con Brisa y Fede. A ellos como los conocieron?- Continuó con sus preguntas curioso.

-A ellos los conocimos en los últimos años de secundaria, de ahí no nos separamos más y quedó nuestro grupito de 4. -Relato mientras pongo mi celular en silencio seguido a guardarlo en una mochila chiquita que me había traído- Y con ellos organicé la fiesta de Ramiro. O sea, -Me autocorrijo- No fue sorpresa, nosotros se la organizamos y el eligió los invitados porque bueno, no conocía a todos.

Una espera escrita ; Valentin OlivaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora