6.

655 37 12
                                    

Seguíamos tomando shots y todo tipo de tragos y mezclas raras. Todos se estaban cagando de risa, contando anécdotas, actuando situaciones, imaginando posibles escenarios en la joda que estamos por ir. Yo por otro lado, estaba disociando completamente de lo que mis amigos decían. Y no era la única, Valentín era la razón por la que estaba tan distraída. El lo sabía disimular más. Tiraba algún que otro comentario para asegurarse de que los chicos sepan que él sigue ahí, acto seguido entrelazábamos los pies por debajo de la mesa: lo máximo que podíamos hacer sin que nos lo señalaran. No tenía el poder para dejarlo de ver, era como si no tuviera autocontrol. Todo lo que hacía me parecía lindo. Como se hacía un trago, como se reía, como la luz tenue iluminaba sus ojos.
Cuando él notaba que lo estaba mirando, me devolvía la mirada y me sonreía, algo que hizo toda la noche. Cualquier excusa era perfecta para tener un poco más de contacto físico de el que ya teníamos. Era como si tuviésemos un lenguaje secreto que ellos no entienden. De alguna manera se siente como si nosotros dos los hubiésemos invitado y ahora nos arrepentimos. Los adoro pero no había algo que deseé mas en ese momento que que se fueran.
"Una foto dura más eh" Fué la notificación que apareció en mi celular proveniente de el chat de Valentín.

-Que tarado- Le dije a el por lo bajo riéndome, mientras me pongo a responderle.

me parece que estás un poquito pasado de alcohol no?

Por que lo decís?

porque no te da para decírmelo en la cara me parece

Ah no?

Mi sangre se heló en ese momento. Ese último mensaje me hizo darme cuenta de la situación. Nadie sabía que estábamos haciendo esto, se sentía ilícito. Va, lo digo como si nadie se diera cuenta, pero esto en específico, se quedaba entre nosotros dos. -No.- Le susurré a Valentín.

Y parece que mi respuesta solo hizo que se sintiera más desafiado a mostrarme de lo que era capáz, porque segundos después se paró de la silla alejándose de donde estábamos todos los demás.

-Voy a fumar, ahora vuelvo.- Soltó en voz alta en un intento de que el resto de los chicos lo escucharan, aunque parecía no haber funcionado mucho porque todos seguían entretenidos subiendo el volumen de la música y de sus voces para poder escucharse entre ellos.

Cuando pasó por atrás de mi silla para seguir su camino a lo que yo pensaba era el patio, se me acercó despacio para susurrarme al oído. - Si querés te puedo mostrar cómo me da para decirte lo que pienso. Levantate y vení a la sala de música después que yo salga, ni van a registrar que no estamos acá. - Los nervios aparecieron en mi cuerpo como respuesta automática a sus palabras y a su voz grave que me estaba dejando conocer. ¿Como me iba a negar a ser cómplice de lo que sea que estuviera dispuesto a hacer?.

Pasaron unos cortos minutos desde que él se había ido. Y cuando la falta de hielos en la mesa me dió el pie perfecto para irme de la conversación de la que por cierto, mi cabeza estaba muy ocupada como para formar parte, agarré mi vaso y me dirigí decidida a donde el chico de ojos celestes mi había indicado.

Llegué y cuando abrí la puerta de la habitación que todavía no conocía, lo ví. Buscando algo en uno de los tantos estantes que las paredes sostenían.

-Viniste al final- Sonrió girando para mirarme y sonreir pero sin dejar lo que estaba haciendo.- Cerra la puerta si querés, que cancela el ruido de afuera.

Y así lo hice, me sorprendió cuando la musica que sonaba tan fuerte en el resto de la casa se dejó de escuchar adentro de la habitación donde estábamos los dos solos.

Miré al rededor intentando registrar toda la informacion que decoraba el lugar. -Así que me imagino que acá traes a todas para impresionarlas no?

-No, de hecho esto siempre está cerrado. Solo cuando escribo estoy acá.

-Si si.. seguro- Digo con sarcasmo. -Mira si con lo gato que sos vas a desaprovechar este lugar..- Dije acercándome a él mientras entrelazábamos solo algunos dedos de la mano.

-Bue bue, mucha queja- Dijo mientras me tocaba tímidamente mi cintura. Agarré sus manos y reforzé su agarre en mi, a lo que él respondió acercándome más a él. -Solo quería un poco de silencio y estar con vos.- Continuó defendiéndose mientras que su tono iba bajando cada vez más. 

-Parece que se te cumplió lo que querias, entonces...- Sonreí acercando nuestros cuerpos un poco más si es que así se podía.

-Tenés razón, que suerte que tengo.- Fueron las ultimas palabras que pronunció sobre mis labios antes de pegarse a mi por completo y unirnos en el beso que tanto habiamos esperado. Se sentía tan bien, se sentía tan distinto que con alguien más. Me apoyó con cuidado contra la pared, y podia jurar que parecía que cada uno de sus movimientos estaban ensayados a la perfección. Yo acariciaba su pelo y el pasaba sus manos por mi espalda queriendo seguir. El perfume de valentin inundaba la habitación y cada vez que lo sentía me debilitaba un poco más. No puedo estar así por un beso, pero ¿que más puedo hacer? al final, todo en lo que podía pensar era en estar así con él. Hasta que alguien abriendo la puerta nos interrumpio totalmente. Era Fede.

-Uy, perdon chicos no sabia que...-Dijo sumamente nervioso cerrando un poco mas la puerta.- Dice Brisa que vayamos yendo asi no se hace tarde, maneja rama. Cuando quieran vengan- Cerro rapido dejandonos solos de nuevo.

Una carcajada salio de nuestras bocas automaticamente despues de mirarnos con verguenza de como nos habian encontrado.

-Bueno, supongo que habra que seguir en otro momento...- Comenté acercandome a la puerta para poder salir mientras me acomodaba un poco el pelo y la ropa.

-Lou...-Alzó la voz para llamarme seguido de un silencio corto. Lo miré de nuevo- ¿Segura que querés ir?- preguntó bajando nuevamente el volumen.

Me reí por lo bajo y lo agarré de la mano- No seas impaciente, ya vamos a volver. Ahora vamos.

Una espera escrita ; Valentin OlivaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora