Capitulo 33

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ADAM

-No creas que se me ha olvidado el castigo por ponerme los ojos en blanco

-  Dime profesor Williams ¿Qué está pasando por su cabeza ahora mismo? – dijo mi mujer con una sonrisa picara.

- ¿Está segura que quiere saber todo lo que está pasando por mi cabeza ahora mismo? ¿Estaría preparada? – pregunté

-  Todo profesor Williams, confiéseme cada uno de los pensamientos que está teniendo en este instante – me susurró al oído provocando que un escalofrío recorriera todo mi cuerpo.

- Estoy pensando en cuantos azotes te daré, en todas las posiciones en las que te follaré.. – le dije a escasos centímetros de esos labios que son mi perdición y mi jodida adicción. Angel comenzó a jugar con los bordes de mi camisa, manteniendo su vista junto a la mía, esta mujer era capaz de ponerme duro con tan sólo una mirada, sin pensarlo, le tomé de la nuca y estampé mis labios con los suyos y mantuvimos una larga guerra por ver quien lleva el control. Nuestras respiraciones se volvieron agitadas, las pupilas de Angel ya estaban dilatadas, su mirada estaba cargada de deseo y placer.

-  ¿En que piensas ahora mismo nena?

-  En tocarme – abrí los ojos como platos y cuando iba a responder ella me calló con un beso – en tocarme para ti, sólo para ti.

- Desnúdate –  ordene y mi mujer obedeció – Siéntate – le dije señalando el sillón, ella frunció el ceño y negó.

- Sólo dejaré que me des órdenes en un sitio – contestó

- ¿Dónde quieres tocarte nena? – sonrió de una manera triunfal y me indicó hasta la terraza –  Aquí.

Nos volvimos a besar como dos putos animales y ella comenzó a tocarse para mí.

-          Grita mi nombre nena, que sepa el mundo entero que eres mía – le dije mientras comenzaba a tocarme yo también, debía reprimir cada uno de mis instintos para no lanzarme y follarla como un animal.

-          Ahhh.... Williams.. – jadeaba mi mujer, dejé de tocarme y me acerqué hasta ella, ya no aguantaba más.

-          ¿Quieres tenerme dentro? – le pregunté agarrándole del cabello, Angel asintió – Respóndeme nena con palabras.

-          Te quiero dentro de mi Adam – sonreí y me aferré a sus labios nuevamente, voltee el cuerpo de Angel, quedando en a mi vista su jodido culo.

-          Creo que mereces un castigo, por todo lo que me has hecho pasar estas horas ¿no crees? – mi mujer negó y el primer azote llegó junto con una risa nerviosa por parte de ella – Cuenta nena, hazlo para mí.

Uno

Dos

Tres

Cuatro

Cinco

-          Diez – dijo con la voz agitada -  Follame – sonreí, antes de adentrarme en su interior dejé un casto beso en su espalda.

-          Dios nena, tan mojada y lista para mí – era una jodida adicción, una jodida delicia.

Comencé a embestirla con fuerza, sus gemidos llevaban mi nombre y yo estaba jodidamente excitado por follarme a la mujer que ha puesto mi mundo patas arriba en mi terraza.

-          Ponte boca arriba nena – Angel permaneció boca arriba con las piernas abiertas y volví a su interior para penetrarla salvajemente.

-          Ohh... dios.... Adam... - gemía la mujer más espectacular de este mundo, la besé, porque era imposible no besar esos labios, todo su cuerpo era un imán.

Perdimos la noción del tiempo, estuvimos follando bastante y por todos los sitios de mi departamento, no nos saciábamos.

-          Nena, mañana no podrás caminar lo sabes no? – comenzó a reírse y su risa era música para mis oídos.

-          ¿Te cuento un secreto? – asentí – No quiero que me dejes de follar, nunca – inmediatamente se hizo presente una erección.

-          Joder nena, ya estoy duro de nuevo – dije haciéndome el dueño de sus labios.

-          Eso tiene solución – mi mujer se movió del lugar en el que estaba tumbada y se colocó encima de mi, dejando a mi vista su trasero, para adueñarse de cada centímetro de mi polla.

-          Dios Angel... - gruñí.








¿Cómo se encuentran? Espero que esté disfrutando.

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EL CAPULLO DE MI PROFESORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora